“Vamos a seguir pagando todos nuestros compromisos, vamos a hacer todos
los esfuerzos para que esos pagos lleguen a los tenedores de deuda
reestructurada”, afirmó Kicillof al presentarse en un evento organizado
por el Consejo de las Américas en la ciudad de Washington, en el marco
de la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco
Mundial.
El ministro sostuvo que el fallo del juez neoyorquino
Thomas Griesa, que ordena al país a pagarle a los fondos buitre una suma
cercana a 1.600 millones de dólares ante cualquier otro pago que
realice a los bonistas reestructurados, “es una imposibilidad financiera
y conceptual”.
“Argentina no puede cumplir. Es una cuestión
fáctica porque si a ese 1 por ciento” que está litigando con el país en
los tribunales estadounidenses, “le paga lo que está reclamando, hay dos
cuestiones obvias: que el restante 7,6 por ciento” que no ingresó en
los canjes de deuda “va a tener derecho inmediatamente a reclamar lo
mismo”, dijo el ministro.
No obstante, si Argentina paga esa suma
a todos los holdouts, la cláusula Rufo “dice que también hay que
pagarle lo mismo al 92 por ciento” que sí ingresó a los canjes de 2005 y
2010.
Por lo que “la suma que está pidiendo Griesa no es 1.600
millones, son 15.000 millones de dólares” a todos los holdouts y se
extendería a más de 120.000 millones de dólares si se activa la Rufo
para el resto, detalló el funcionario.
“Ni Argentina, ni ningún
país del mundo puede hacer esto”, adhirió señalando que la sentencia de
la justicia neoyorquina es de “imposible cumplimiento” y que sin embargo
están “obligando” al país a seguirla y, luego, “decir que Argentina
está en desacato por no cumplirla”.
El encuentro llevado adelante
en la embajada argentina en Washington, contó con la participación de
cerca de 200 personas entre funcionarios del gobierno estadounidense, de
organismos internacionales como el FMI, el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, diplomáticos, catedráticos, y
representantes del sector privado y financiero, como las empresas JP
Morgan, Deutsche Bank y Hewlett-Packard Company, entre otras.
Kicillof
reiteró ante los presentes que el país está dispuesto a “dialogar” y
encontrar una solución negociada y sostuvo que fueron los fondos buitres
los que “trataron de hacer de todo para no negociar. No porque le
hubieran prestado al país, sino para hacer un negocio financiero,
ilegal”.
“Parece que el malo de la película es Argentina, que no
paga sus deudas, cuando arregló con el Club de París, con el CIADI, le
pagó todo lo que le debía al FMI, le pagó al 92% de los bonistas y queda
este 1% que tenemos en juicio, que intentó todas las formas de cobrar
el 100%”, mencionó ante una sala colmada de oyentes.
“Es un
negocio, pero detestable, desde el punto de vista moral, financiero y
sistémico”, adhirió mencionando la “intransigencia” a negociar de los
fondos buitre que no permite alcanzar un acuerdo, a pesar de las ofertas
recibidas.
Una respuesta a la situación actual, es “que acepen una
ganancia de sólo el 300%” como propuso Argentina. “Esa es una solución
inmediata cuya única barrera es la codicia y forma especulativa que
tienen los fondos buitre”.
A su vez, Kicillof dio también la
bienvenida a la posibilidad de un acuerdo entre privados, aunque destacó
que como los fondos buitre “no quieren negociar, no se está
encontrando” ese camino.
Al ser consultado sobre la respuesta de
la comunidad internacional ante la situación, el titular del Palacio de
Hacienda aseguró que Argentina “fue entendida rápidamente y obtuvo el
apoyo y solidaridad prácticamente unánime del concierto internacional”,
tal como quedó reflejado en la Organización de Estados Americanos, en el
G-77 más China, en las Naciones Unidas, por parte del FMI “y hasta el
propio gobierno de los Estados Unidos”.
Por último, Kicillof
destacó el hecho de que si el país hubiera pagado, “tal vez todos
pensarían que la única solución es rendirse ante los grupos
especulativos y pagar lo que piden”.
“Pero como el camino que
tomó Argentina es otro distinto, habrá que ver cómo sigue avanzando,
cuál es la presión que sobre los fondos buitre ejerce el sentido común,
la comunidad internacional, los diferentes actores del sistema
financiero, para que tomen una posición simplemente razonable y depongan
esta actitud extorsiva que están teniendo”, concluyó el ministro.