También dijo que se habían realizado operativos en "cuevas", donde había
personal de fuerzas de seguridad prestando servicios y también
ejecutivos que decían que desde el Central ya les habían avisado sobre
la pesquisa.
Los dichos de la Presidenta desencadenaron el 1 de
octubre, en la salida de Juan Carlos Fábrega del BCRA, donde asumió
Alejandro Vanoli, procedente de la Comisión Nacional de Valores, quien
venían realizando un marcado seguimiento de las operaciones de algunas
financieras, como la del Banco Mariva, que fue suspendida por maniobras
fraudulentas.
En este marco, Vanoli, el jefe de Gabinete, Jorge
Capitanich, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, se juntaron con
los principales agroexportadores de granos y oleaginosas del país para
pedirles que aceleren la liquidación de las ventas, que se habían
frenado en los últimos meses, como consecuencia de que desde sectores
opositores al Gobierno habían instalado la idea de que se iba a producir
una nueva devaluación del peso.
Sin embargo, al tiempo que
el dólar oficial se estabilizaba entre $8,40 y $8,50, la cotización de
la soja en el mercado de Chicago se ubicaba en pisos cercanos a los U$S
350.
La cada vez más lejana posibilidad de una devaluación,
sumada a la caída de los precios en Chicago y la decisión del Gobierno
de lanzar instrumentos financieros atados a la cotización del dólar,
estimularon a los productores y exportadores a acelerar la liquidación
de divisas.
Producto de esto, desde el 24 de septiembre a esta
parte, se liquidaron U$S 2.500 millones, y casi se igualó el registro
del año pasado a esta altura, aun con precios 40% inferiores.
El
compromiso adoptado por las cerealeras se hizo concreto, y de acá a fin
de año se espera que ingresen unos U$S 4.500 millones más, lo que
dejaría a la liquidación de divisas en récord histórico.
A la
aceleración del ingreso del dólares por parte de los agroexportadores,
se le sumó la efectivización del primer tramos del acuerdo de
intercambios de monedas en los bancos centrales de Argentina y China,
por U$S 830 millones que también engrosaron las reservas monetarias del
BCRA.
Además, hay expectativas por el ingreso de otros U$S 1.500
millones, producto de la licitación del espectro para explotar la oferta
de servicio de transmisión de datos y telefonía celular en 4G.
A
todo esto, el Gobierno lanzó la primera licitación de bonos atados al
dólar, el Bonad 2016, cuya demanda logró reunir unos U$S 1.000 millones,
cifra similar a la que se espera para el Bonad 2018 que se presentará
este jueves.
Por su parte, el BCRA, conjuntamente con la Unidad
de Información Financiera (UIF) y la Procuraduría de Criminalidad
Económica y Lavado de Activos (Procelac) adquirieron mayor coordinación
en sus tareas de control, con "una actitud más racional y menos pro
mercado, que se tradujo en acciones contra cuevas y financieras que
operaban con importantes sumas para inflar el dólar ilegal", según
confiaron a Télam fuentes del Ministerio de Economía.
De esta
manera, el "futuro oscuro" sobre el mercado cambiario y el ingreso de
divisas para la economía que avizoraron algunos economistas se diluyó
como consecuencia de las políticas implementadas por el Gobierno.
De
hecho, José Luis Espert había pronosticado en mayo que el dólar oficial
estaría "$9,50 para fin de año, lo cual supone una devaluación muy
similar a la inflación, por lo que en el segundo semestre del año el
Gobierno va a abandonar el tipo de cambio a $8 para acompañar el aumento
de los precios”,
Por su parte, Enrique Blasco Garma estimó en
junio "un tipo de cambio de $ 14 por dólar al tiempo de las elecciones,
sin otros tropiezos o desequilibrios”.
En tanto, Orlando Ferreres
aseguró en agosto que "el tipo de cambio oficial para este año
terminaría en torno de $ 10 y el paralelo podría pasar de $ 13 a $ 15,50
pesos".
Además, presagió que "se va a intensificar la pérdida de reservas, algo que presionará todavía más la cotización del dólar”.
Del
mismo modo, Miguel Kiguel dijo en ese mismo mes que “si este escenario
se mantiene, habrá menos crédito, menor entrada de capitales y un dólar
blue más alto".
También Federico Muñoz opinó hace tres meses que
"no hay desenlace benigno posible. Si triunfa la posición racional de
Fábrega, con astringencia monetaria, sufriremos una profundización de la
recesión. Como contrapartida, si prevalece la posición de Kicillof, con
expansión de dinero, presagiamos violentas turbulencias financieras
antes de fin de año”.
Asimismo Tomás Bulat afirmó ver "perfectamente factible que el blue en los próximos meses pueda ubicarse en un nivel de $17".
Según
su análisis, "lo que se llama el déficit cuasi fiscal, a través de las
Lebacs, pasó de $93.000 millones a $183.000 millones. Si se suma esto a
los otros pasivos del Central, entonces el precio del dólar da $19, lo
cual marca una tendencia clara de hacia dónde irá el blue".
En la
misma línea, Diego Giacomini estimó "un dólar paralelo que, hacia fin
de año, se ubicará en $16", y Fausto Spotorno dijo que su perspectiva
"coincidente con la mayoría del mercado, es que el dólar oficial pueda
estar en $10 sobre fin de año".
Por su parte, Sebastián Laza
aseguró que “a setiembre de este año, el blue ya lleva una suba del 50%,
versus plazos fijos en pesos que rinden sólo un 20% anual", y concluyó
que "el que apuesta al dólar gana”.