“La democracia no se suspende por mal tiempo”, fue el puntapié inicial
con el que la mandataria abrió el discurso que debió trasladarse al
interior del palacio de gobierno por cuestiones climáticas, pero que en
principio iba a realizarse desde el escenario central montado en la
Plaza de Mayo a la que se acercaron miles de argentinos para participar
de la celebración popular.
Acompañada por todo su gabinete,
gobernadores, militantes, dirigentes sociales, Abuelas de Plaza de Mayo,
hijos y nietos recuperados, entre otros, la jefa de Estado planteó su
discurso desde una perspectiva histórica y comenzó por analizar el
contenido de los 31 años de democracia.
“La democracia no es una
democracia de manual”, remarcó antes de recordar los cursos de
instrucción cívica que se daban durante la última dictadura en los que
apenas se decía que la democracia se compone de tres poderes, pero no se
podía votar, entre otras cosas.
“Después tuvimos democracia con
participación a través del voto”, continuó y redondeó: “Faltaba
democracia con igualdad. Podés decir, podés pensar libremente, pero
también tenés que tener los elementos que te permitan decidir porque si
no esa libertad es vacía”.
Tras esa introducción, la Presidenta
sostuvo que el cambio introducido por este gobierno, al que definió como
construcción de la “noción de igualdad”, se produjo a través de la
voluntad de “cambiar la matriz productiva”.
La modificación de
esa matriz, enumeró, estuvo signada por “reindustiralizar el país, poner
en marcha miles de convenios colectivos, crear millones de puestos de
trabajo”.
También destacó, entre otras cosas, la inclusión de los
jubilados que estaban fuera del sistema previsional, la movilidad
jubilatoria, la inversión en Educación y remató: “Podemos hablar de que
somos el proyecto del desendeudamiento de la República Argentina”.
“Somos
el proyecto que le dijo al Fondo Monetario Internacional que éramos los
argentinos los que decidíamos nuestras políticas”, continuó, y antes de
concluir con las definiciones del proyecto que encabeza arrojó la
definición que desató el más sonoro aplauso de todo el discurso: “Somos
el proyecto de la memoria, la verdad y la justicia”.
Tras
describir y enumerar una larga lista de proyectos impulsados por el
kirchnerismo, como la Asignación Universal por Hijo y los planes
Conectar Igualdad y Procrear, la mandataria instó a todos los candidatos
a presidentes a definir qué es lo que piensan hacer en caso de tener la
posibilidad de gobernar la Argentina.
“Queremos que nos
expliquen cuál es el proyecto, porque no basta con una foto, una campaña
de marketing, un asesor que dice qué hacer y elegir un color. El país
es mas que eso”, los desafió.
Como es costumbre, la mandataria abordó
en su discurso toda la gama de temas que atraviesan la coyuntura,
aparezcan o no en los medios masivos de comunicación y, en ese marco,
cuestionó el accionar de algunos miembros del poder judicial y se acordó
de aquellos que agoraban que el dólar llegaría a valores récord hacia
fin de año, entre otras especulaciones negativas sobre la economía
argentina.
Fue allí que sostuvo que "no es cierto que el Poder
Judicial sea corporativo, porque si no los defendería a todos" al hacer
mención a la "persecución y hostigamiento" mediático y judicial que
sufren algunos fiscales y la procuradora Alejandra Gils Carbó.
Tras
mencionar que su gobierno debió "soportar nueve corridas cambiarias
precedidas por miles de portadas catastróficas diciendo que el mundo se
venía abajo", la mandataria señaló que ahora "a los sicarios mediáticos
se le unen algunos sicarios judiciales" y recordó que el ministro de
Justicia, Julio Alak, fue llamado a indagatoria -por su gestión en
Aerolíneas Argentina durante la intervención de 2008- 15 minutos antes
de debatir el Código Procesal Penal en el Congreso.
"Nunca un fiscal llamó a alguno de los empresarios vaciadores extranjeros" de la línea de bandera subrayó.
Hacia
el final de su discurso, la mandataria volvió a referirse a las
candidaturas presidenciales de dirigentes de su mismo espacio y de
otros: “Quiero decirles a todos que las candidaturas son algo mas que
una foto, un color, bonitas palabras. Necesitamos hombres y mujeres
identificados con proyectos colectivos. Lo necesita la democracia”.
“Cuando
la sociedad deposita las esperanzas en una urna y luego es defraudada,
el daño que se le hace a las instituciones, a la democracia, es
inconmensurable”, sostuvo antes de pedir que “nadie” la “nomine a nada”.
En
esa línea, la presidenta remarcó que las candidaturas son
construcciones que se dialogan con los compañeros de militancia, tras lo
cual agregó: “Las cosas se construyen con amor y con alegría”.
“Hay
un amor -concluyó- que une todo eso, que se torna colectivo, un amor
que se torna liberador, es el amor a la patria. Por el amor a la patria
el pueblo es invencible y la nación Argentina será libre, digna y
soberana. ¡Por una argentina con soberanía economía, autonomía política e
igualdad social!”.