“Me gustaría manifestarles mi cercanía y aliento para que el diálogo
sincero logre esa mutua colaboración que suma esfuerzos y supera
diferencias en el camino hacia el bien común”, manifestó el Papa.
Explicó,
también, que comparte el tema elegido para esta Cumbre “Prosperidad con
equidad: el desafío de la cooperación en las Américas” ya que está
convencido “que la inequidad, la injusta distribución de las riquezas y
de los recursos, es fuente de conflictos y de violencia entre los
pueblos”.
“Hay bienes básicos como la tierra, el trabajo y la
casa, y servicios públicos, como la salud, la educación, la seguridad,
el medio ambiente, de los que ningún ser humano debería quedar
excluido”, indicó en la carta que reproduce el sitio oficial de noticias
del Vaticano.
“La teoría del derrame se ha revelado falaz: no es
suficiente esperar que los pobres recojan las migajas que caen de la
mesa de los ricos”, apuntó.
En ese sentido, el líder de la
Iglesia Católica comentó que “el gran reto de nuestro mundo es la
globalización de la solidaridad y la fraternidad en lugar de la
globalización de la discriminación y la indiferencia y, mientras no se
logre una distribución equitativa de la riqueza, no se resolverán los
males de nuestra sociedad”.
El papa instó a que haya mayor
colaboración entre los Estados en temas de migración ya que “la inmensa
disparidad de oportunidades entre unos países y otros hace que muchas
personas se vean obligadas a abandonar su tierra y su familia,
convirtiéndose en fácil presa del tráfico de personas y del trabajo
esclavo, sin derechos, ni acceso a la justicia”.
“A veces,
incluso dentro de cada país, se dan diferencias escandalosas y
ofensivas, especialmente en las poblaciones indígenas, en las zonas
rurales o en los suburbios de las grandes ciudades. Sin una auténtica
defensa de estas personas contra el racismo, la xenofobia y la
intolerancia, el Estado de derecho perdería su legitimidad”, agregó.
Por
último, el sumo pontífice indicó que “nunca son vanos” los “esfuerzos
por tender puentes, canales de comunicación, tejer relaciones y buscar
el entendimiento” entre países, y deseó que la Cumbre genere “un nuevo
orden de paz y de justicia y promueva la solidaridad y la colaboración
respetando la justa autonomía de cada nación”.