El estudio publicado bajo el título "Rasgos estilizados de la relación
entre inversión y crecimiento en América Latina, 1980-2012", elaborado
por Sandra Manuelito y Luis Felipe Jiménez, subrayó que entre 2003 y
2010 el nivel de inversión en la Argentina alcanzó a 20,3% del PIB,
superior al 19,3% de 1980-1989, al 18,4% de 1990-1998, y al 16% de
1999-2002.
Con este resultado, el país estuvo en el nivel
promedio de la región, que fue de 20,4%, superando a Brasil, la mayor
economía de la región, que alcanzó a 17,3%.
Al segmentar el tipo
de inversión, entre pública y privada, el nivel promovido desde el
Estado fue de 2,4%; muy superior al 1,7% de 1980-1989; al 1,5% de
1990-1998; y al 1,2% de 1999-2002.
En el caso de los capitales
privados, la relación con el Producto Bruto fue de 17,9% en los primeros
siete años de kirchnerismo, también superior al 17,6% de los '80; al
16,9% de la administración menemista, y al 14,8% del momento en que
gobernaron la Alianza, primero, y Eduardo Duhalde, después, cuando se
desató la mayor crisis de la historia del país.
La inversión
pública, si bien fue la mayor en 30 años, estuvo por debajo del promedio
regional, que fue de 4,6%; no obstante lo cual la privada superó a la
media de la región, ubicada en 15,7%.
En otro desagregado
planteado por el análisis de la Cepal, entre inversión en construcción y
maquinaria, los últimos registros de la Argentina se ubicaron en 12,2% y
8,1% del PIB, respectivamente, en el primer caso, por encima del
promedio regional de 10,6%; y en el segundo, por debajo del 9,6%.
En
materia de construcción, la cifra del periodo kirchnerista fue apenas
inferior al 12,5% de los '80; pero superior al 11,1% de los '90; y al
10% de los años más críticos del país (1999-2002).
Por su parte,
los desembolsos en maquinaria y equipo superaron ampliamente a los
periodos anteriores, en los que resultaron de 6,7%; 7,4% y 6%,
respectivamente.
Aquí, tanto en construcción como en maquinaria,
el nivel de inversión como porcentaje del PIB estuvo por encima de
Brasil, la principal potencia regional, con 10,2% y 7,1% en cada caso.
En
cuanto al ahorro público, también en comparación con el Producto Bruto,
los primeros siete años de kirchnerismo lo ubicaron en una cifra récord
de 24,7%, lejos del 17,9% de los '80; del 15,8% del menemismo; y del
15,4% de los años de la Alianza y el duhaldismo.
Esta variable
fue también mucho mayor al promedio regional, de 19,2%; y fue la segunda
mayor de Latinoamérica, detrás de Venezuela, con 34,3%.
En tanto, el
ahorro privado experimentó asimismo una variación significativa
respecto a los periodos anteriores y al resto de la región.
Alcanzó
a 21,6% durante el kirchnerismo, muy por encima del 12,6% de promedio
regional; y también en segundo lugar, detrás de Venezuela, con el 23,8%.
Como
consecuencia del proceso de desendeudamiento encarado desde 2005, la
apelación a recursos externos fue negativa en 2,7% del PIB, cuando en el
resto de los periodos analizados fue positiva en 2,1% en los '80; en
2,7% en los '90; y en 0,1% en los momentos previo y posterior al default
de la deuda pública.
El saldo negativo, que significa una menor
dependencia de la utilización de financiamiento del exterior, fue uno de
los pocos en la región, con apenas cinco países en la misma condición,
sin figurar entre ellos Brasil.
La Argentina se ubicó tercera en
Latinoamérica entre las naciones que no emplearon endeudamiento externo
para motorizar la inversión y generar así crecimiento en su economía.