"Que esto es positivo -remarcó- lo demuestra la recuperación que viene
experimentando en estos tres años la producción de YPF y, por otra
parte, no hay duda de que un recurso estratégico como ése corresponde
que esté en manos del Estado".
Para D'Atellis, "las políticas
implementadas por el Gobierno al respecto, van a permitir a la Argentina
recuperar su soberanía hidrocarburífera, y terminar con la restricción
más importante de divisas que tenemos hoy por la necesidad de importar
energía"
El economista precisó "la escasez de dólares tiene que
ver con que tenemos que importar combustible, y por eso el aumento
progresivo de producción va permitir revertir esa situación, y a eso
apunta la política del Gobierno con YPF"
Por su parte, el
director de Observatorio de la Energía, la Tecnología y la
Infraestructura para el Desarrollo (Oetec), Federico Bernal, opinó que
"los tres años transcurridos de gestión pública demuestran lo acertado,
necesario y justo de aquella medida presidencial de recuperar YPF".
En
ese sentido, indicó que "el año pasado YPF volvió a repetir magnitudes
económicas ascendentes en relación con 2013, incluso superándolo. Por
ejemplo, los ingresos ordinarios de $ 141.942 millones aumentaron 57,5%,
y la utilidad operativa de $19.742 millones se incrementó 64,3%".
En
cuanto a los niveles de producción, señaló que "en 2014 contra 2013, la
producción de petróleo aumentó 8,9% y la de gas natural 12,5%, mientras
que la incorporación de reservas comprobadas de hidrocarburos creció
11,9% en la comparación interanual, y los volúmenes de petróleo
procesados en sus refinerías fue 4,3% superior al registrado en 2013".
El
16 de abril de 2012, la Presidenta de la Nación decretó la intervención
de YPF y envió al Congreso un proyecto proponiendo la expropiación del
51% de las acciones de la petrolera.
El Congreso nacional
convirtió en ley esa expropiación el 3 de mayo de 2012, tras dos
jornadas de debate en la Cámara baja, en la que hubo encendidos
discursos a favor y en contra de la medida. La votación, que confirmó lo
sancionado por el Senado, fue de 207 votos por la afirmativa y 32 en
contra.
Así, el Estado argentino recuperó el control de la
petrolera 13 años después de que el Gobierno de Carlos Menem la
privatizara, para transferirla a la española Repsol.
Con esa
expropiación la participación de Repsol quedó reducida a 6%, que después
vendió; y del total expropiado, el 51% quedó en manos del Gobierno
nacional y el 49% restante pasó a las provincias petroleras. El Grupo
Petersen fue desplazado de la gestión, pero conservó sus acciones, al
igual que los inversores minoristas.
Para el economista Orlando
Ferreres, "la de YPF no es una estatización típica, sólo se tomó el 51%
del capital que estaba en manos de Repsol y el resto siguió siendo de
inversores particulares, por lo que cada tanto la empresa coloca
obligaciones negociables como lo hace una empresa privada".
En
opinión de este economista, "que la petrolera sea estatal o privada no
es lo que hace la diferencia. La diferencia la hace el monto de lo que
se invierte en exploración y producción, y en cuán eficiente es la
gestión de quienes dirigen la empresa".
Ferreres reconoció que la
petrolera está bien gestionada, aunque consideró que en sus mejores
resultados influyó que "un alza de los precios de los combustibles a
partir de la reestatización, que estaban muy atrasados, y que el
Gobierno mantuvo en torno a 83 dólares el barril de crudo contra los
menos de 50 del mercado internacional", no obstante aseguró que "son
medidas que había que tomar necesariamente para obtener inversión".
En
ese sentido, elogió también la decisión de la presidenta Fernández de
Kirchner de designar a Miguel Galluccio, de quien Ferreres dijo que "es
un hombre muy capaz, con un gran reconocimiento en el sector y un gran
gestionador".
"Galuccio y el actual Directorio de YPF son
espectaculares, y eso ayudó a convencer a los mercados y por eso el
mercado financiero le da crédito a la empresa", concluyó Ferreres.