En rigor, Molina fue notificado en diciembre de 2014 por el gobierno
municipal de Quilmes "por mantener una deuda de la tasa en la cuenta de
referencia" dada la falta de pago de servicios urbanos municipales
correspondientes a su casa en el barrio privado "Club Alemán", a la lo
largo de la última década.
La intimación a la que accedió Télam
señala que a la fecha mencionada "no se ha verificado el pago de la
misma, pese a haberse cursado en reiteradas oportunidades intimaciones",
sin embargo pocos días antes de las elecciones primarias de comienzos
de agosto, el candidato quilmeño del Pro se presentó para resolver su
deuda.
Conocedor de los tiempos administrativos, de hecho su
padre José Molina fue secretario de Hacienda durante la intendencia de
Eduardo Camaño, consiguió que la deuda generada entre 2004 y 2009 fuera
declarada prescripta, aunque accedió a un plan de facilidades de pago
para saldar deudas por el período 2009-2014 por 105.000 pesos de deuda,
para lo cual debió pagar una primera cuota.
A pesar de ello,
desde el municipio dudan del cumplimiento del plan ya que, además de los
antecedentes que muestran una década de morosidad, Molina aún no ha
pagado ni una de las cuotas del impuesto municipal correspondientes a
2015.
Por esta última deuda, que suma casi 10.000 pesos más, fue
nuevamente notificado el 12 de agosto pasado y se le concedieron 10 días
hábiles para "que proceda a la regularización de la situación bajo
apercibimiento de iniciar el juicio de apremio y pedir el embargo
preventivo, con costos y costas a su cargo".