El jueves pasado la sesión naufragó luego de que el oficialismo no
consiguiera el quórum, en lo que fue otro día signado por la violencia.
Esta derrota parcial inmediatamente llevó al brazo político del Gobierno
a iniciar febriles negociaciones con los gobernadores, con reuniones y
contactos telefónicos durante el viernes y sábado pasados.
Para
seducir a los gobernadores, el oficialismo entregó como moneda de cambio
un bono compensatorio por única vez en marzo para los jubilados y los
beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, para paliar en parte
la pérdida que supone la nueva fórmula.
Con el apoyo asegurado de los
gobernadores peronistas que auspician el Bloque Federal de diputados,
la Casa Rosada impulsó la extensa sesión que comenzó ayer alrededor de
las 18, mientras en los alrededores del Congreso se vivía un teatro de
operaciones semejante a una guerra, que como coletazo tuvo por la noche
cacerolazos en los barrios porteños.