En tanto, el crecimiento del 2,2% para el 2020 previsto en su informe del segundo trimestre se convirtió en una contracción del 1,3% con una inflación del 39,2% producto de la "depreciación del peso".
Finalmente, el desempleo se mantendría en torno al 10% y el balance de
cuenta corriente pasará de un -1,2% este año a un leve superávit del
0,3% en 2020.
En cuanto a las perspectivas globales, la economista
jefa del organismo Gita Gopinath, indicó este martes que el crecimiento
mundial se acotará a un 3% este año y al 3,4% para 2020, -0,3 y -0,2
puntos porcentuales menos de lo esperado en abril, respectivamente.
Se
trata del "ritmo más bajo desde la crisis financiera" del 2008-2009,
que afectó particularmente a la actividad manufacturera. "Las crecientes
tensiones comerciales y geopolíticas han agudizado la incertidumbre que
rodea el futuro del sistema de comercio mundial y la cooperación
internacional, perjudicando la confianza de las empresas, las decisiones
de inversión y el comercio internacional", detalla el informe.
Como
agravante, subraya que de no haberse producido el agresivo estímulo
monetario de la mayoría de los bancos centrales de todo el mundo, el
crecimiento mundial sería 0,5 puntos porcentuales más bajo tanto este
año como en 2020. El problema, según el FMI, es que "es posible que les
queden muy pocas municiones cuando la economía se encuentre en peores
dificultades".
El contexto regional no escapa a estos problemas y es
por eso que este año el conjunto de América Latina solamente crecerá un
0,2% este año y un 1,8% el siguiente por el fortalecimiento proyectado
de Brasil y México que de todas formas será menor al estimado en el
reporte anterior.