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 elegir a uno de los seis candidatos que mantienen vigente su 
postulación, a diferencia de la presidenta de facto Jeanine Áñez y el 
expresidente Jorge 'Tuto' Quiroga, quienes ya renunciaron debido a la 
escasa intención de voto que les anticipaban las encuestas.
Las 
presiones para que otros candidatos abandonen la carrera continúa en 
estos últimos días, con la intención de que ese voto se vaya a favor del
 expresidente Carlos Mesa, candidato de Comunidad Ciudadana, a quien los
 sondeos ubican en un segundo lugar frente a Arce, el exministro de 
Economía de Morales.
Luis Arce, candidato presidencial del Movimiento
 al Socialismo, durante un acto de campaña en La Paz, Bolivia. 19 de 
septiembre de 2020.Juan Karita / Reuters Bajo la premisa 'todos contra 
el MAS', las miradas ahora están puestas en el líder ultraderechista 
Luis Fernando Camacho, quien avanza en tercer lugar con simpatías 
electorales del 10,7 al 16,7 %, lo que sería suficiente para inclinar la
 balanza en favor de Mesa.
Pero los llamados a la unidad antimasista 
no han tenido efecto. A pesar de que, de los ocho candidatos que se 
postularon originalmente, siete son de derecha o ultraderecha y férreos 
opositores al partido de Morales, sus ambiciones políticas personales 
les impidieron llegar a un acuerdo para enfrentar de manera conjunta a 
Arce en las urnas.De acuerdo con las últimas encuestas, el exministro de
 Economía tiene una intención de voto que va del 30 % al 42,2 %, en 
tanto que la de Mesa oscila del 24,5 % al 33,1 %.
Para ganar el 
domingo, Arce debería obtener el 50 % más uno de los votos, o el 40 %, 
pero con una diferencia de por lo menos 10 puntos con respecto a Mesa. 
Hasta ahora ningún estudio vaticina tales diferencias.
Tensión. En 
caso de que no se cumpla ninguna de estas premisas, Arce y Mesa se 
enfrentarán en una segunda vuelta prevista para el 29 de noviembre. Y 
ahí sí, el escenario se torna más complejo para el candidato del MAS.
Por
 eso, una de las apuestas del masismo para el domingo es el voto en el 
extranjero, que equivale a un 3,0 % y que, en estas condiciones, será 
fundamental para evitar un ballotaje.
Mientras llega el momento de 
abrir los centros de votación, la violencia permanece latente en el 
país: desde los discursos de Áñez para evitar a toda costa un posible 
triunfo del MAS, hasta peleas verbales y físicas entre militantes de 
diferentes partidos e incluso un ataque a la Fiscalía General de Sucre 
por parte de Resistencia Juvenil Cochala, un violento grupo de choque. 
Naciones Unidas y la Unión Europea ya documentaron alrededor de 50 
enfrentamientos o conatos de violencia durante actos partidarios, por lo
 que publicaron una carta junto con la Conferencia Episcopal de Bolivia 
para pedir por unas elecciones pacíficas.

