“Fueron discusiones políticas y queríamos responder a la acusación que
nos hizo la expresidenta Cristina Kirchner”, redondeó Kulfas.
Kulfas
en Comodoro Py . El exministro llegó puntualmente a Comodoro Py: entró
al despacho del juez Daniel Rafecas antes de las 10 y se retiró un poco
después de las 12. En la audiencia participó el fiscal de la causa,
Carlos Stornelli.
El punto clave es que reconoció los errores en el
texto off the record, que era el más polémico, porque en esas líneas se
sostenía que se licitó un espesor de 33 milímetros cuando si se
establecía como requerimiento un espesor de 31 milímetros, “como se hace
en Europa”, había chances de que participara la empresa de Villa
Constitución, Laminados Industriales. Era una supuesta acusación
técnica, precisa.
Ese texto fue demolido, de entrada, por la propia
Enarsa, conducida por Agustin Gerez, que tiene a su cargo el gasoducto.
Explicó que el off the record tenía una inconsistencia técnica absoluta,
porque la licitación se hizo sobre la base de la normativa actual y
que, además, confundía milímetros con pulgadas. La propia Laminados
Industriales le dio después un golpe de gracia, sosteniendo que no tiene
chances de fabricar esos tubos. Finalmente, el titular de Techint,
Paolo Rocca, remató las críticas afirmando que la única chance de
proveer los caños en tiempo y en forma la tenía su filial, SIAT, que
traerá la chapa de Brasil y los caños se harán en la planta de Valentín
Alsina, de Tenaris, la principal filial de Techint. Con ese panorama, a
Kulfas no le quedaba mucho margen en la testimonial. Llegó con su
abogada, pero como no está acusado de nada, el juez no permitió el
ingreso de la profesional. A lo largo de las dos horas ocurrió lo
previsto: Kulfas dijo que no denunció ningún acto de corrupción y que se
trató de una polémica política planteada con Cristina Kirchner, que en
el acto del viernes pasado, por los 100 años de YPF, sostuvo algo
parecido a que había que exigirle más a Techint. No quedó claro si
reclamarle a Rocca que produzca la chapa en Argentina o que se le
nieguen los 200 millones de dólares que Techint requiere para pagarle a
su propia empresa en Brasil. Fue parte de lo que viene sugiriendo el
kirchnerismo: que hay demasiado buenas relaciones con las grandes
empresas. En todo caso, Kulfas y su equipo salieron a la cancha a
responder que los pliegos y la adjudicación los hicieron en Enarsa,
dirigida por funcionarios cercanos a Cristina. Por lo tanto, que si la
expresidenta tenía algo para decir que se lo diga a su propia gente.
Terminó siendo una mala respuesta, en caliente, profundizando el
internismo y técnicamente equivocada. Por eso Alberto Fernández le pidió
la renuncia. “Fue un error producto del apuro en contestarle a la
vicepresidenta”, fue la respuesta que tendrá más trascendencia judicial y
política. En un comunicado distribuido por el juzgado de Rafecas, se
señala que “Kulfas negó reiteradamente tener conocimiento de posibles
delitos relacionados con la construcción del gasoducto de Vaca Muerta.
Reiteró que no fueron más que discrepancias y discusiones políticas y de
políticas públicas ante lo que consideró un ataque injustificado hacia
su Ministerio por parte de la vicepresidenta. Kulfas respondió a todas
las preguntas tanto del juez como del fiscal”.