Con Axel Kicillof abocado a los comicios bonaerenses que se celebrarán
el próximo 7 de septiembre, la negociación por la lista de diputados en
la provincia de Buenos Aires, principal oferta del peronismo, es
dominada por Cristina Kirchner, su hijo Máximo y el líder del Frente
Renovador, Sergio Massa. En las últimas horas el exministro de Economía
se encargó de difundir que no aspira a ningún cargo legislativo, algo
que fue puesto en duda por varios integrantes del espacio, que
argumentan que el tigrense nunca anticipa sus jugadas. Si efectivamente
el corrimiento de Massa se confirma, la puerta queda abierta para el
regreso del dirigente de Patria Grande Juan Grabois, quien manifestó
públicamente sus diferencias con el exfuncionario. En el mientras tanto,
desde varios sectores se agita el operativo clamor Máximo Kirchner.
Desde
el entorno de Sergio Massa aseguran que el tigrense no será candidato.
Mientras tanto, crece el operativo clamor por Máximo Kirchner.
Por
fuera de los nombres Kirchner, Grabois y Massa, asoman también Mariel
Fernández (intendenta de Moreno), Federico Achaval (intendente de Pilar)
y Nicolás Mantegaza (de San Vicente). No se descartan, aunque tampoco
convencen a Cristina, otras opciones como Jorge Taiana o Carlos Tomada.
La condición FMI y una tregua electoral
Según
pudo saber Ámbito, la lapicera para registrar a los candidatos tiene
una lista de vetados que impuso el sector alineado con Cristina
Kirchner. La expresidenta no quiere en la nómina de candidatos
bonaerenses a referentes políticos que hayan acompañado el acuerdo con
el Fondo Monetario Internacional (FMI) -impulsado por Alberto Fernández
en 2022-, algo que no preocupa al gobernador Axel Kicillof. El Partido
Justicialista aspira a renovar las 15 bancas que ponen en juego en esta
elección. En este marco, cuatro lugares que actualmente responden al
gobernador bonaerense terminan su mandato el 10 de diciembre: Julio
Pereyra, Hugo Yasky, Brenda Vargas Matyi, y Daniel Gollán. Allí se
presenta el primer problema para Kicillof, ya que Pereyra y Vargas Matyi
votaron a favor del acuerdo firmado por el entonces ministro de
Economía, Martín Guzmán. En el entorno de Kicillof aseguran que no
vetarán ningún candidato y tampoco pedirán encabezar listas. El gesto
hará que la tregua entre los diferentes espacios se mantenga, por lo
menos, hasta las elecciones del 26 de octubre, aunque nada garantiza que
no habrá ruptura después.
Si bien todavía no está confirmado, se
prevé que el centro de operaciones de la noche del domingo sea la sede
del PJ nacional de la calle Matheu, en el barrio porteño de Balvanera.
El otro epicentro estará ubicado en el departamento de la calle San José
del barrio de Constitución, en donde la expresidenta cumple prisión
domiciliaria mientras recibe a dirigentes como Grabois o Sergio Massa.
Hasta
el momento no hubo un encuentro presencial Cristina y Kicillof, y en el
sector político que respalda a la expresidenta aseguran que tampoco se
produjeron contactos telefónicos. En el kirchnerismo esperan que el
gobernador visite a la exmandataria antes de octubre. "Es lo que
corresponde", exigen al gobernador.