, acusados de conformar una asociación ilícita con ramificaciones locales e internacionales, que van de la corrupción kirchnerista y el narcotráfico, a la Banca Privada de Andorra (BPA). En ese sentido, los grupos Jonestur y Transcambio montaron estructuras offshore, algunas reveladas en los “Panama Papers”, para captar fondos de particulares y canalizarlos a través de casas de cambio y “cuevas” financieras. Esos fondos fueron luego reintroducidos en el sistema formal mediante operaciones inmobiliarias y comerciales, disimulando así su origen ilícito. La operatoria de Jonestur y Transcambio, según reconstruyó la Justicia, se desarrolló en Mar del Plata, la ciudad de Buenos Aires, Andorra y Panamá, pero también con el apoyo de “arbolitos” que ofrecían divisas en la vía pública, custodiados incluso con vehículos cargados de dinero y armas. Todo eso, con la connivencia de personal policial bonaerense y con el objetivo de dar apariencia de legalidad a fondos provenientes de actividades ilícitas como el narcotráfico, la corrupción y la trata de personas. Por Hugo Alconada Mon