“Hay muchos hermanos en nuestro país que ya no tienen fuerza para
seguir, que no encuentran sentido al camino de sus vidas y han detenido
su marcha. Les pesa demasiado la pobreza, las consecuencias del narco,
las enfermedades, la soledad. Por ellos también peregrinamos, los
traemos en la mochila del alma, porque no queremos ser un pueblo
indiferente ante tanto dolor ni tampoco dejarnos ganar por la impotencia
del ‘no se puede’”, marcó. Y añadió: “Caminamos por los que no dan más,
por nuestros abuelos, por nuestros adolescentes atravesados por la
droga y el alcohol, por los que perdieron un ser querido víctima de la
violencia, por los pobres, por los niños, por los discapacitados, por
las familias, por los que buscan trabajo, por nuestros sueños e ideales.
En definitiva, caminamos por nuestra patria”. El evento, que comenzó
este sábado, contó con la participación de miles de feligreses que
peregrinaron desde la Iglesia de San Cayetano, ubicada en el barrio
porteño de Liniers, hasta llegar a la Basílica de Luján. "Llegamos aquí
con nuestras cruces personales, con dolores, con tristezas, cargando
fracasos y broncas. Con su mirada, la Virgen nos dice que nos ama, que
para ella todos somos importantes. No abandonamos el sueño de construir
un país más justo y más fraterno".