La nueva estrategia, descrita por el investigador del Scripps Research
Institute de Florida, Michael Farzan y su grupo, consiste en producir
réplicas de los receptores que utiliza el VIH para entrar en las
células.
Esos receptores quedan enlazados al virus y minan su capacidad para infectar con efectividad a las células.
La
investigación describe una mezcla de proteínas receptoras y un péptido
(eCD4-lg) que queda ligada con solidez al VIH y lo inactiva de forma
irreversible.
Según los científicos, esa técnica puede inhibir un
amplio rango de mutaciones del virus, incluidas aquellas que han
mostrado mayor resistencia a los anticuerpos.
"Los últimos
treinta años han estado marcados por una larga y desalentadora búsqueda
de una vacuna efectiva para el VIH", señala la revista "Nature".
La
publicación científica describe cómo en 2009 un amplio estudio en
Tailandia de una de las vacunas candidatas más prometedoras demostró una
efectividad de poco más del 31 por ciento en la reducción de la tasa de
infecciones, una eficacia que quedaba además reducida un año después de
la vacunación.
Las dificultades en el desarrollo de una
protección más eficiente a partir de los estándares tradicionales
forzaron a los investigadores a explorar el problema desde una nueva
perspectiva, que parece haber dado frutos con el trabajo de Farzan.
Con
todo, los científicos advierten de que es necesario continuar sus
estudios, por el momento en primates, para asegurarse de que puede ser
una terapia segura para los humanos.