La idea, además de generar un avance en lo que se refiere al desarrollo
tecnológico del país, también es achicar la brecha digital que existe en
la Argentina ya que a través de las señales del satélite se podrá dar,
por ejemplo, Internet en zonas donde hoy se hace imposible.
Matías
Bianchi, el presidente de AR-SAT, explicó a minutouno.com que no es el
único proyecto que tienen por delante. En el año 2016 se pretenden tener
un segundo satélite en órbita, 120 torres de TDA, 58.000 kilómetros de
una red de fibra óptica en el territorio argentino, un data center
completo (actualmente hay dos salas terminadas y se trabaja en dos más).
Además, está la proyección de que en los próximos cinco años se lance
un tercer satélite.
"Es un desarrollo tecnológico que
beneficia a todos", explicó Bianchi y agregó que los servicios brindados
por el satélite llegarán desde escuelas rurales hasta sitios donde
anteriormente era imposible llegar a través de un cable de fibra óptica.
El
ARSAT-1 pesa 3 toneladas tiene una altura de 3,925 metros y 16,416 de
largo (con paneles solares extendidos). Todo el satélite fue ensamblado,
financiado y desarrollado en el país, permitiendo que la Argentina se
convirtiera en uno de las pocas naciones que hacen sus propios
satélites.