El viernes, a través de una misiva, la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner advirtió a Obama la afectación en las relaciones bilaterales
que representa la promoción de Soderberg en un cargo público clave, de
cara al rol difamatorio que cumple en contra de la Argentina en su tarea
de lobby a favor de los fondos buitre.
Soderberg es
copresidente de American Task Force (ATFA) desde sus inicios. Esta
'fuerza de tarea' es una organización de alianzas que fue creada
especialmente para hacer lobby contra el país en Estados Unidos y a
nivel internacional desde el 2006.
Esa organización, se descubrió
con los años, era una pantalla de las operaciones casi exclusivas del
fondo buitre Elliott en contra del país. Elliot pertenece al magnate
Paul Singer.
El cargo de Soderberg como presidenta de la Junta de
Declasificación de Interés Publico (PIDB, por su siglas en ingles) data
de noviembre de 2012, pero la designación recién cobró difusión a nivel
local en los últimos días.
El PIDB "es un comité asesor
establecido por el Congreso de EEUU en 2000, con el fin de promover al
máximo posible el acceso público a un registro documental exhaustiva,
precisa y fiable de las decisiones de seguridad nacional de Estados
Unidos y actividades significativas", dice la página web del Comité, que
funciona en el área de Archivos Nacionales.
Consta de nueve
miembros y uno de ellos es designado por el Presidente de Estados
Unidos. En ese sitio se indica que Obama nombró a Soderberg como
presidente de la Junta, mientras que el resto de los miembros fueron
propuestos por líderes
de las minorías en el Congreso.
De
hecho, fuentes del Gobierno de Estados Unidos reconocieron ayer a los
medios argentinos que ese cargo fue nominado por Obama, si bien
indicaron que a nivel institucional Soderberg no es funcionaria sino que
"es una representante del sector privado en un comité asesor del
Gobierno", y que "las responsabilidades están completamente
desvinculadas de cualquier participación que ella pudiera tener en el
litigio con los fondos buitre".
Como sea, cuando Obama la nombró,
consideró que era un cargo "clave" para el gobierno de Estados Unidos, y
casualmente ocurrió una semana antes de que se conociera el fallo del
juez Thomas Griesa contrario a Argentina, que en la actualidad pone en
vilo a la comunidad financiera internacional por la implicancia que
puede tener sobre los procesos de reestructuración de deuda.
También
para esa época Estados Unidos enviaba un "Amicus" a favor de la
posición de Argentina en una causa lateral, en la que explicitaba la
importancia de respetar la soberanía del país y fijaba una postura
contraria a la posición del Paul Singer, el creador del AFTA.
Soberberg
tiene un historial diplomático demócrata. Se destacó con un alto cargo
en el Consejo Nacional de Seguridad, en tiempos de Bill Clinton.
Cuando
Geroge W Bush perdió las legislativas en el 2006, Paul Singer ubicó en
al cúpula del AFTA a reconocidos demócratas, previendo el futuro
recambio de gobierno y la inminente llegada de un nuevo gobierno de otro
signo.
De esta forma, en 2012, Soderberg acumulaba ya una
extensa tarea en el AFTA defendiendo la postura de Singer. En ese marco
visitó Argentina un par de veces. Una de ellas fue en 2008, cuando se
entrevistó con el por entonces embajador norteamericano en el país, Earl
Anthony Wayne.
Otra oportunidad, más cercana, fue a mediados de
año -representando al AFTA y ya como funcionaria del PIDB-, cuando
realizó un encuentro privado con algunos medios argentinos en plena
tarea de lobby.
Un dato llamativo es que en la biografía personal
de Soderberg (www.nancysoderberg.org) no figura su cargo en el AFTA
pero sí el del PIDB, mientras que su Curriculum Vitae en el sitio del
AFTA, por cierto, tampoco menciona la nominación de cargo que le
encomendó Obama, aunque las fotos son por demás elocuentes de que se
trata de la misma persona.
A esto se suma que el sitio del PIBD tampoco dice nada sobre la participación de Soderberg en el AFTA.
Más
allá de la legalidad o la compatibilidad de que se puedan ejercer ambos
cargos al mismo tiempo, Soderberg realizó lo que en la jerga política y
financiera suele ser llamado un 'trabajo sucio' contra el país a través
del AFTA. Si bien es legal hacer lobby en Estados Unidos, está probado
que el AFTA utilizaba mentiras y golpes bajos para crear opinión pública
en contra de la Argentina, con acciones, actos y solicitadas en los que
el eje central era la difamación en contra del país y del Gobierno.
En
la Carta del viernes, la Presidenta recordó algunas de las actividades
difamatorias, como cuando se mal utilizó el recuerdo del atentado de la
Amia en una solicitada de la organización. Otra oportunidad fue cuando
el AFTA infló un globo con la forma de "una rata" en la puerta de la
Embajada de Estados Unidos.
Lo cierto es que el AFTA invirtió
millones de dólares en lobby, para financiar campañas de legisladores
demócratas y republicanos. Ese acción logró torcer el parecer de algunos
congresistas, que primero votaron en contra y luego a favor de que al
país se le apliquen sanciones comerciales y se le deniegue el voto a
favor en los directorios del FMI y Banco Mundial.
Y hasta logró
instalar la idea de que en el AFTA había maestros jubilados que perdían
dinero por ser tenedores de deuda en default argentina. Es cierto que
hubo fondos de inversión de jubilados que se quedaron con títulos en
default tras la implosión de 2001. Pero es cierto que también los
vendieron, o ingresaron al canje de 2010. Nunca lo aclararon y usaron la
figura del maestro jubilado para hacer sendas campañas en los medios.