A contramano de su discurso de campaña presidencialista de cara al año
próximo, en el cual promete reducir la carga del Impuesto a las
Ganancias en los contribuyentes y eliminar gradualmente las retenciones a
las exportaciones del sector agropecuario, en su gestión a cargo del
Ejecutivo porteño Macri autorizó un nuevo aumento de entre 20 y 33 por
ciento en peajes de las autopistas Perito Moreno, 25 de Mayo e Illia,
que comenzará a regir a partir de enero.
De acuerdo con el nuevo tarifario, circular por las autopistas Perito
Moreno y 25 de Mayo pasará de 15 a 20 pesos en horas no pico, con el
consecuente incremento de 25 por ciento; y de 20 a 25 pesos en las pico,
que son de 7 a 10 en sentido a Capital Federal y de 17 a 20 mano a
provincia, lo que constituye una suba de 33 por ciento.
En tanto,
en las cabinas de la Illia los valores aumentarán de 6 a 8 pesos en
horas no pico, lo que representa un incremento de 33 por ciento, y de 10
a 13 en las de más tránsito, es decir, un 30 por ciento más. Por su
parte, el peaje de Alberti, donde no hay diferencia de tarifas según el
horario, pasará de 5 a 6 pesos, un aumento del 20 por ciento.
Los
peajes porteños aumentaron por última vez el 1º de agosto último, en
promedio 16,4 por ciento, aunque en la Illia llegó a 43 por ciento
porque se había habilitado la nueva conexión con la avenida Cantilo y la
General Paz.
Un mes antes, Macri vetó la ley que disponía un
máximo de tres minutos de espera en la cola de peaje para las vías de
tránsito mixto y dos para las exclusivas para automóviles. Asimismo,
esta legislación fijaba la obligación de levantar la barrera en caso de
que la fila excediera los 120 metros de extensión –que debía ser
señalizado– o los 15 autos en espera. El jefe de Gobierno porteño lo
justificó al sostener que “con el régimen previsto se potencia la
reacción de los usuarios de pago manual que, para evitar el pago de
peaje, intentarían colocarse en la fila más cercana a la demarcación”
que indica la distancia de 120 metros de cabinas de cobro. Ello
“significa un peligro desmedido para los automotores y automovilistas” y
para el “personal de la concesionaria”, por lo que “hará más inseguras
las autopistas urbanas, aumentando la peligrosidad y la incidencia de
accidentes”, afirmó el texto del veto.