Allí, a pocos kilómetros de Quito, se realizó una colorida ceremonia,
encabezada por el presidente anfitrión Rafael Correa, de la que
participaron también el secretario general de Unasur, Ernesto Samper, y
los mandatarios Dilma Ruosseff (Brasil), Juan Manuel Santos (Colombia),
Evo Morales (Bolivia), Nicolás Maduro (Venezuela), Desaire Bouterse
(Surinam), Donald Ramotar (Guyana) y Horacio Cartés (Paraguay).
Por
el contrario, se excusaron de participar Michel Bachellet (Chile),
Ollanta Humala (Perú) y José Mujica (Uruguay), quien tras asumir ayer en
Guayaquil la presidencia Pro Témpore de Unasur continuó su gira rumbo a
México para asistir a la Cumbre Iberoamericana.
La nueva sede
"Néstor Kirchner", erigida sobre la línea imaginaria que divide al
planeta en dos hemisferios, quedó formalmente inaugurada con el
tradicional corte de cinta a cargo de obreros participantes de la obra,
niños de las escuelas de la zona y migrantes.
En ese lugar,
además, se descubrió una estatua de bronce de la figura de Kirchner,
primer secretario general de Unasur, y se realizó una suelta de globos
con las banderas de los países miembros, todo acompañado por canciones
entonadas por niños de la Sinfónica Nacional.
En su discurso,
Cristina consideró además que la nueva sede es también "memoria" de
"miles de sudamericanos que desaparecieron" durante las dictaduras
militares que gobernaron la región décadas atrás.
"Este edificio
representa algo más que la Unasur: representa la historia sufriente de
nuestros pueblos desde la misma fundación hace ya 200 años y de esta
segunda batalla que estamos dando en este siglo XXI, que es la
reindependencia económica y la reconstrucción cultural de nuestras
naciones", destacó.
"Hoy el ordenamiento político,
económico y social de América del Sur lo decidimos los gobernantes
elegidos por mandato popular de nuestros pueblos", advirtió la jefa de
Estado y recordó el "no" al ALCA expresado en el 2005 en la Cumbre de
Mar del Plata, donde confluyeron los entonces mandatarios Kirchner, Luiz
Inacio "Lula" Da Silva (Brasil) y Hugo Chávez (Venezuela).
"Quizás
eso no nos perdonan, pero preferimos que nos recuerden nuestros pueblos
y no que nos perdonen la vida desde otras latitudes", enfatizó
Cristina, para quien "la democracia no vale" si no es ejercida con
"profundas convicciones de mejorar la calidad de vida de los pueblos".
"Igualdad no es una palabra que se canta solo en los himnos, sino que debe ser una realidad de nuestros pueblos", insistió.
Previo
a la ceremonia, en un clima distendido, los mandatarios habían
recorrido parte de la moderna obra arquitectónica de 20 mil metros
cuadrados, explanadas, espejos de agua y jardines, construidos en Mitad
del Mundo como símbolo de la integración suramericana.
Allí, más
tarde, la Orquesta Sinfónica Unasur interpretó el Himno Nacional de
Ecuador, y se escucharon los discursos del alcalde de Quito, Mauricio
Rodas, de Samper y de Correa.
También se proyectó un video de
homenaje al fallecido ex presidente venezolano Hugo Chávez, principal
impulsor, junto a Néstor Kirchner, de la Unasur.
Como cierre de
las actividades, la VIII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno
de Unasur dio a conocer un documento que proclama el "imperecedero
compromiso político con los ideales de la construcción progresiva de la
unidad de Suramérica".
Esa unidad, resalta el texto, está pensada
como un "instrumento efectivo" para contribuir al "bienestar" de los
pueblos y para proyectar a la región "como una zona de paz consolidada,
que promueve un mundo multipolar equilibrado y justo".
"La paz,
la democracia y la promoción de los derechos humanos son los principios
rectores del proceso de integración regional, impulsados a través de las
agendas social, económica, política, e institucional", subraya el
documento.