Soto relató que la Justicia rusa no aceptó "de ninguna manera ni
cambiarle los cargos a lo que sería `tenencia simple`", por lo que
debió esperar hasta que finalmente le levantaron la acusación.
"No
le va a quedar ningún cargo, ahora sí le dan la autorización para irse.
Ya no pesa sobre él ninguna acusación", dijo el letrado de Kevin, y
añadió que el joven "tiene que hacer un par de trámites como para volver
a Finlandia, que es donde vive, y de ahí su idea es venir a vivir a
Argentina".
Finalmente, Soto relató que pudo conversar
telefónicamente con Kevin y aseguró que, luego de haber vivido "una
pesadilla" y de "verse preso por medio gramo de cigarrillo en una cárcel
de Rusia para delincuentes peligrosos, en un lugar terrible", ahora
"está contentísimo, está feliz, volvió a vivir".
Kevin, quien
está radicado hace un par de años junto a su esposa en Finlandia, fue
detenido el 23 de julio pasado cuando regresaba de Rusia a su país de
residencia en auto, luego de haber dejado a un amigo en el aeropuerto de
San Petersburgo.
Cuando conducía hacia Finlandia fue
interceptado en un control caminero en la ciudad rusa de Vyborg, cerca
de la frontera entre ambos países, y tras requerirle el documento -que
era argentino, nuevo y no tenía sellos previos- los agentes aduaneros lo
demoraron para analizar si sus papeles estaban en regla.
La
policía rusa requisó el auto con perros entrenados en la detección de
narcóticos y encontró un cigarrillo que tenía en su interior tabaco y
unas hojitas de marihuana, motivo por el cual Kevin fue detenido.
Aunque
la dosis que hallaron en su poder era de 1,1 gramos de marihuana, la
ley rusa pena la tenencia de estupefacientes y el joven fue detenido
acusado de contrabandear droga de un país a otro, un delito que prevé
entre 3 y 7 años de prisión.
El joven argentino fue alojado en la
prisión de San Petersburgo, donde permaneció cerca de 50 días detenido
hasta que logró ser excarcelado bajo garantía del cónsul argentino en
Rusia, Jorge Zobénica.