El especialista describió que "esto tiene que ver con el cambio en el
ritmo de vida, los turnos rotativos de trabajo, la exigencia de mayor
productividad, el consumo de televisión y nuevas tecnologías hasta altas
horas de la madrugada, y esta disminución en el descanso representa un
esfuerzo enorme para el organismo que tiene que adaptarse a un nuevo
ritmo".
En este sentido, Pérez Chada señaló que "el mal descanso
es un problema que está afectando a toda la sociedad, a todas las edades
y a todas las clases sociales; un niño que duerme en la calle no tiene
un buen descanso por las condiciones que lo rodean, pero quizás un niño
de su misma edad de clase media se queda jugando a la Playstation hasta
las cuatro de la mañana y tampoco duerme bien".
Pero más allá de
estas condiciones que afectan a toda la población existen personas que
sufren trastornos de sueño y que haciendo una consulta y tratamiento
adecuado pueden revertir su situación.
"Clasificamos los
trastornos de sueño en tres grandes grupos: los que duermen poco, los
que duermen mucho y los que tienen conductas o movimientos extraños
durante el sueño. Todas estas personas tienen consecuencias durante la
vigilia, que, a grandes rasgos podríamos mencionar como cansacio,
fatiga, mal humor, falta de concentración, entre otras", detalló por su
parte Stella Maris Valiensi, médica de la Sección de Trastornos del
Sueño, del Servicio de Neurología del Hospital Italiano.
La
médica clínica y neuróloga describió que "si bien hablamos de 8 horas
promedio, el sueño puede ir de 6 a 10 horas y dependerá de lo que el
individuo necesite para levantarse sintiéndose bien; por otra parte si
una persona duerme mal una noche necesitará siete noches de buen
descanso para estabilizarse".
Y añadió que "si bien todos pudimos
haber tenido un episodio, por ejemplo, de insomnio es importante hacer
una consulta cuando esta situación se cronifica, es decir, se extiende
por meses".
Entre los más de 100 trastornos de sueño reconocidos,
el insomnio es el más común y consiste en el retraso en la conciliación
del sueño o su interrupción.
"Una de las principales causas del
insomnio es el estrés, del cual la persona no puede liberarse al momento
de descansar, a su vez, la falta o perturbación del sueño es un factor
agravante del distrés o causante del mismo", describió por su parte el
médico psiquiatra Roberto Ré.
Y continuó: "Otra causal del
insomnio, que se ve muy a menudo en el consultorio, es el retraso de
fases, la alteración de los ritmos cronobiológicos, en particular el
síndrome conocido como fase retardada del dormir, es decir que la
persona no duerme de acuerdo a su reloj biológico".
"Tradicionalmente
el tratamiento de pacientes con insomnio se hacía con fármacos, pero
actualmente esto se ha modificado y se proponen más tratamientos con
enfoque cognitivo y conductual", indicó Pérez Chada.
El segundo
trastorno en orden de frecuencia es la apnea, que consiste en la
interrupción de la respiración por al menos 10 segundos.
"La
apnea provoca consecuencias inmediatas como el agotamiento, la falta de
concentración y demás características comunes a los trastornos de sueño,
pero además puede provocar complicaciones a largo plazo del tipo
cardiovasculares como accidentes cerebrovasculares, infartos o
arritmias, diabetes tipo 2 o síndrome metabólico", detalló el
neumonólogo del Hospital Universitario Austral.
Y añadió que
"incluso tienen siete veces más predisposición de tener accidentes
automovilísticos porque disminuye drásticamente la atención".
Con
motivo del Día Mundial del Sueño, el Hospital Italiano realizó dos
jornadas en los que se abordaron los temas "insomnio, ronquidos y
apneas", mientras que el Hospital Universitario Austral se entregará
folletería explicativa a todos los pacientes y abrirá un consultorio de
demanda espontánea para consultar por la temática.