El procedimiento judicial estaba pautado para hoy a las 8, pero hubo una
gran resistencia que comenzó ayer con una vigilia y continuó esta
mañana en la calle con más de 100 personas acompañando el reclamo, entre
ellos los legisladores Pablo Ferreyra, Lorena Pokoik, José Cruz
Campagnoli y Paula Penacca.
"Se suspendió el desalojo por hoy, ahora se abre una instancia de diálogo", indicó a Télam el legislador Campagnoli.
Explicó
que espera que el juez convoque a la Asesoría Tutelar y la Defensoría
General de la Nación "para llegar a dar una respuesta a estas familias
que hoy no tienen un techo asegurado, que hace 25 años viven acá y cuya
solución no puede ser un desalojo sino una vivienda digna".
"Nuestro
rol es seguir acompañando este proceso, seguir acompañando a los
vecinos, creemos que lo que generó que se evitara el desalojo fue la
organización que los vecinos lograron, que pudieron plantar una posición
común y ahora es esa posición la que tienen que seguir llevando
adelante en las instancias de negociación que se construyan con el
gobierno de la Ciudad intermediado por la justicia", aseguró Penacca.
Y
remarcó que "la justicia es la que lleva adelante la orden de desalojo
pero es el gobierno de la ciudad el que "crea las condiciones para que
estos vecinos que están acá hace 25 años no puedan acceder a un alquiler
formal y tengan que vivir quizás en condiciones en las que saben
siempre que esta en riesgo".
"Desde que el macrismo gobierna la
ciudad de Buenos Aires expulsa y quiere echar de la ciudad a los
sectores populares", aseguró la legisladora.
Por su parte,
Ferreyra afirmó que "la justicia y la Policía Metropolitana terminan
haciendo el trabajo sucio en una ciudad que esta regulada por el mercado
inmobiliario. Es este mercado y su voracidad es el que dictamina las
políticas de vivienda".
"Ayer Macri hizo una cena con un cubierto
que valía 50.000 pesos y acá quieren conformar a los vecinos con una
cuota de 1.800, lo que no tiene ninguna lógica. Estos contrapuntos son
los que viven los porteños, la verdadera grieta de la ciudad de Buenos
Aires es la avenida Rivadavia que divide a los vecinos de primera
calidad de los de segunda calidad que son los vecino pobres, para este
gobierno", agregó.
"Esta grieta -continuó- hay que trabajarla con
políticas públicas hacia los sectores populares" y consideró que hay un
"rol de la justicia que es muy negativo" y que si se suspendió el
desalojo fue "por la presión que se ejerció con vecinos, legisladores
militantes y gremialistas".
“De acá no nos vamos a ir. Somos 37
familias que llegamos acá con el boca a boca. Yo vivía con mi madre y
seis hermanos y pagábamos un alquiler hasta que no pudimos pagarlo más y
llegamos a este lugar hace 25 años", había dicho Roldán más temprano a
Télam.
Explicó que desde 1984 acudió en varias oportunidades al
Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC), pero jamás tuvo una respuesta.
Asimismo,
manifestó que los vecinos reclaman "que alguien se haga cargo de las 37
familias y 70 chicos que pueden quedar en la calle" y ratificó que el
gobierno porteño lo único que les ofreció fue "un subsidio de 1.800
pesos", pero "con esa plata nadie vive en ningún lado".
Suspenden el desalojo de 37 familias en Boedo por la resistencia de vecinos, militantes y legisladores
Por
su parte, Pokoik indicó a esta agencia que se vivieron "horas de mucha
incertidumbre, de angustia y desesperación porque estas familias no
tienen otra opción o alternativas habitacionales".
Manifestó que
los legisladores propusieron "construir una mesa de diálogo que ayude a
generar las condiciones necesarias para que estas familias se puedan ir a
una vivienda y no a la calle".
En ese sentido, pidió a las
autoridades porteñas que "se comprometan a hacer el mayor de los
esfuerzos para que estas familias se puedan ir de esta propiedad de
forma pacífica y con un techo garantizado".
Los legisladores y
más de 100 vecinos participaron durante la noche de una vigilia para
acompañar el reclamo de los habitantes del inmueble y evitar que la
Policía Metropolitana lleve adelante el desalojo.
Su reclamo sumó
el apoyo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que se
presentó ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil 46
para incorporarse en calidad de "Amicus Curiae" (amigo del Tribunal) a
la causa.
Roldán explicó que la casona en cuestión fue ocupada
por más de 100 personas sin techo después de permanecer algún tiempo
vacía tras el cierre de un colegio de la colectividad judía que
funcionaba allí.
Y si bien hasta el 2001 no recibieron reclamos
de los propietarios del lugar, ese año los nuevos dueños iniciaron una
causa por desalojo que ya produjo distintas órdenes de desocupación que
fueron oportunamente frenadas por recursos de amparos.
La orden
de desalojo había sido dictada por el Juzgado Nacional de Primera
Instancia en lo Civil N°46 a cargo del juez subrogante Fernando Pablo
Christello, a partir de la causa iniciada por Pavón Plaza, la empresa
propietaria.