El otro clasificado del grupo 5 a los octavos de final fue Montevideo
Wanderers, que en Venezuela batió también esta noche a Zamora por 3 a 0 y
finalizó con 10 puntos y una diferencia de gol de +1.
Los
atributos que habían destacado a Boca hasta hoy parecieron desaparecer
"como por arte de magia", pero el hincha boquense advirtió el truco y se
molestó con sus jugadores, porque el "fantasma" de un cruce con River
en octavos estaba más instalado en la colmada Bombonera que el partido
ante los chilenos en sí.
Durante el primer tiempo las dos mejores
opciones fueron para el digno equipo dirigido por el técnico argentino
Pablo Guede, que mamó de la escuela de Josep Guardiola en Barcelona y
trató de volcar ese ideario futbolero en Nueva Chicago, al que ascendió a
la B Nacional en su momento.
Un disparo de media distancia de su
armador Leonardo Valencia llegó después de que Diego Rosende cabeceara
al gol un centro del mencionado volante desde un tiro de esquina de la
izquierda que Leandro Marín salvó sobre la línea de sentencia. Esas
fueron las acciones más peligrosas que se registraron en la etapa
inicial.
Boca, mientras tanto, bien gracias, sin
profundizar ni presionar en los últimos 30 metros de la cancha,
sucumbiendo ante la pelota mejor tratada por los chilenos, y
evidenciando por momentos una apatía que generaba la irritación de sus
hinchas.
Y la marcha hacia los vestuarios con el arquero Agustín
Orión cuestionando ampulosamente a Leandro Marín era un reflejo del
sentir de la gente trasladado al campo de juego.
Hasta el bajón
de energía que interrumpió el juego a los dos minutos del segundo
período pareció un correlato de lo anterior, porque Boca seguía apagado
pese a su necesidad de ser el mejor.
Pero después de ocho minutos
de "oscuridad" empezó de a poco otro partido, ya que Boca, impulsado
por el creciente aliento de su gente, comenzó a generar situaciones de
riesgo en el área visitante.
Pero la catarata de acciones de
riesgo cayó en el cuarto de hora final y la mayoría de ellas estuvieron
en los pies del ingresado Guido Vadalá, aunque los dos goles
sobrevendrían del Marín vilipendiado por Orión, que cabeceó un córner de
Gonzalo Castellani, y Jonathan Calleri con un derechazo bajo.
Previamente
el ingresado Jorge Guajardo estuvo a punto de poner en ventaja a
Palestino, que buscó siempre ganar el partido para clasificar, pero
definió el mano a mano de que dispuso ante Orión muy alto sobre el
travesaño.
Por eso la hinchada boquense se fue feliz, despejó
dudas y se dedicó a cantarle a River, al que sueña con enfrentar en
octavos de final, algo que iba a darse si Corinthians no podía en el
cierre de la jornada con San Lorenzo.
De darse esta situación,
los boquenses se enfrentarán el 3 de mayo con River por el campeonato
local en la Bombonera, el miércoles 6 en el Monumental la ida de la
Libertadores y la revancha el 13, también miércoles, en Boca.
La
última vez que se cruzaron en una instancia de Libertadores
(semifinales) fue en 2004, un 17 de junio, el día del 2-1 y la
definición por penales que ganó el "xeneize" 5 a 4. Tampoco había
público visitante.
En mayo de 2000 jugaron también en tres
oportunidades seguidas por torneo local y Copa, cuando Boca pasó a
semifinales tras ganarle el ultimo partido en la Bombonera al River de
Américo Gallego por 3 a 0 con un recordado gol de Martín Palermo.