Un rato antes del histórico anuncio, el jefe de la Sección de Intereses
de EEUU en La Habana, Jeffrey DeLaurentis, le había entregado a la
Cancillería cubana la carta del presidente Obama dirigida a su par
Castro sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas y apertura
de embajadas.
DeLaurentis fue recibido por el ministro interino
de Relaciones Exteriores cubano, Marcelino Medina, y se esperaba luego
que Obama hablara de la cuestión en la Rosaleda de la residencia
presidencial, un acto abierto a la prensa en el que también estará el
vicepresidente Joseph Biden.
La página oficial de la Cancillería
cubana reseñó que Medina recibió la carta de manos de DeLaurentis, texto
en el que se confirma “la decisión de restablecer las relaciones
diplomáticas entre los dos países y abrir misiones diplomáticas
permanentes en las respectivas capitales, a partir del 20 de julio de
2015”.
Obama y Castro sorprendieron al mundo el 17 de diciembre
con el anuncio de un diálogo que ya implicó cuatro rondas formales de
negociaciones, 53 años después de la ruptura de relaciones bilaterales,
en 1961.
La apertura de embajadas cierra una fase de las
renovadas relaciones, pero no normaliza del todo los vínculos, ya que
para eso es necesario, según La Habana, que se levante el bloque
económico impuesto a la isla en 1962 y que EEUU devuelva los terrenos
que ocupa la Base Naval de Guantánamo.
Las rondas de
conversaciones fueron encabezadas por la subsecretaria de Estado de EEUU
para Latinoamérica, Roberta Jacobson, y la directora de la isla para
EEUU y América del Norte, Josefina Vidal.
Ya la última ronda de
negociación, celebrada en mayo en Washington, había terminado con el
mensaje de que la reapertura de las sedes diplomáticas estaba cerca, una
idea que se reforzó a fin des mes pasado, cuando Cuba quedó
oficialmente fuera de la lista de países patrocinadores del terrorismo
que elabora el Departamento de Estado de EEUU.
Otro paso clave en
la serie de acercamientos fue la histórica reunión entre los
presidentes Obama y Castro durante la Cumbre de las Américas que se
llevó a cabo en abril en Panamá, y en la que Cuba participó por primera
vez desde su expulsión de la OEA.