Bajo el título "Angustia de cara al vacío financiero", el diario
económico Naftemporikí resaltó que ahora es el momento, como afirmó
Tsipras, de iniciar las negociaciones sobre el tercer rescate que
permita asegurar la financiación.
Según el matutino, el resultado
de la votación ya se esperaba en el Gobierno, en alusión a los
diputados de Syriza que esta vez, a diferencia de la votación
precedente, en mayor medida respaldaron las medidas, lo que supone la
superación de un nuevo obstáculo.
El diario Efimerida ton
Syntakton tituló, a su vez, "No hay nuevas bajas en la segunda prueba
del desplome" refiriéndose también a los votos que consiguió reunir el
Ejecutivo.
La votación salió adelante con 230 votos a favor, 63
en contra y 5 abstenciones en un Parlamento con 300 diputados que contó
con la ausencia de 2.
Como se preveía, hubo disidencias dentro
del partido gobernante Syriza, aunque menores que en la pasada votación y
fueron 36 los diputados que no respaldaron el acuerdo (31 votos
negativos y 5 abstenciones), frente a los 39 de la vez anterior.
Esta
vez, Tsipras contó con el voto del más consistente de sus críticos por
izquierda, el ex ministro de finanzas Yanis Varoufakis, a diferencia de
la primera votación.
Hace 11 días Tsipras aceptó un tercer
programa de ayuda europeo aún más neoliberal que el rechazado por el 61%
de sus compatriotas en un referéndum una semana antes, que le
garantizará 86.000 millones de euros en los próximos tres años y el
"compromiso" de discutir una reestructuración de la deuda griega, que ya
supera el 180% del PBI nacional.
A cambio de una nueva inyección
de dinero que permita recapitalizar los bancos griegos, poner fin al
corralito y pagar los cercanos vencimientos de deuda con los acreedores
europeos y cumplir con una cuota atrasada del FMI, Tsipras aceptó un
aumento del IVA, un recorte de las jubilaciones, una reforma laboral y
del Código Civil y un descarnado e inédito proceso de privatizaciones.
Antes de la votación, Tsipras volvió a defender su decisión, según informó la agencia de noticias EFE.
"No
había nada de patriótico en dejar caer el sistema bancario griego",
argumentó el premier griego, que prometió tratar de introducir medidas
más moderadas en el futuro para intentar que la mayor carga no recaiga
en los sectores sociales más débiles.