Desde esa organización precisaron que en los casos de niños nacidos por
parto prematuro y en condiciones de alto riesgo, "está comprobado que la
lactancia materna posibilita salir con mayor facilidad de los estados
críticos, superar la inmadurez general con la que nacieron y crecer en
buenas condiciones".
"En el caso de los niños de alto riesgo se
deben seguir otras medidas para la prevención de las infecciones
respiratorias, como la inmunización pasiva, evitar el humo, mantener
perfecta higiene, ventilar los espacios cerrados, el lavado de manos
sistemático antes de tocar al niño, evitar en lo posible el contacto con
niños en edad escolar -en especial época invernal- y tener al día el
calendario de vacunación", completaron.
Sergio Pasqualini,
director de Halitus Instituto Médico y presidente de Fundación Repro,
enfatizó en diálogo con Télam que la leche humana "es el alimento más
completo y sustancioso para el recién nacido, ya que además de disminuir
las probabilidades de que el bebé padezca algunas enfermedades
infectocontagiosas, previene la obesidad ayudando a un crecimiento
adecuado y estimula el contacto y el fortalecimiento del vínculo con su
mamá".
"En las madres, las hormonas producidas por las succión
del bebé en el pezón previenen hemorragias y anemias y son las
responsables de la retracción uterina. Además, amamantar implica un
gasto energético que ayuda a que la reducción del sobrepeso sea más
rápida, reduce la incidencia del cáncer mamario e incluso puede
funcionar como anticonceptivo", precisó.
En ese caso debe tenerse
en cuenta que si bien el amamantamiento tiene un efecto inhibidor de la
ovulación y produce un retraso de la aparición de la menstruación
-disminuyendo la posibilidad de un nuevo embarazo-, eso sólo sucede en
casos en que se da el pecho siete veces o más por día, hay mamadas
nocturnas o el tiempo de succión total del pecho es de 80 o más minutos
diarios.
"Es decir, cuanto mayor es la frecuencia de la succión, mayor es la eficacia del efecto anticonceptivo", destacó Pasquialini.
Para
una buena lactancia, Lucía Molina, nutricionista de ese instituto
médico, remarcó que "es muy importante que la mamá ingiera suficientes
líquidos y que pueda descansar, porque estos factores inciden sobre la
cantidad de leche producida".
"Es recomendable también no saltear
comidas, porque de esa forma la producción de leche mantiene constante a
lo largo del día, además de consumir carnes magras y legumbres, aceites
vegetales y pescados e incorporar con las colaciones cereales
integrales, yogures descremados, frutas y especialmente frutos secos",
detalló.
Al momento de amamantar, se sugiere tener cerca un vaso o
botella con agua, ya que muchas mujeres suelen experimentar "ataques de
sed" en respuesta a la bajada de leche.
"Conviene eliminar el
alcohol sobre todo en los primeros meses de vida, cuando es muy alta la
frecuencia de mamadas, ya que el mismo aparece en la secreción láctea
casi en la misma cantidad que en sangre. La cafeína también aparece en
la leche materna y puede ser un factor que genere excitación en el niño,
por lo que si la madre acostumbra beber más de dos tazas pequeñas de
café por día, se recomienda que opte por café descafeinado", agregó.
Por último, Pasqualini remarcó que "se debe inducir a la madre a que amamante e inculcarle que va a poder hacerlo".
"Sabemos
que a veces no es fácil, pero es sumamente importante ser perseverantes
y dar indicaciones adecuadas y precisas. Como todas las conductas, a
amamantar se aprende", explicó.
La Organización Mundial de la
Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los
primeros seis meses de vida del bebé, para luego complementarla con
alimentos sólidos, al menos, hasta los dos años.