Otros cientos de personas abandonaron también esta mañana el campamento
de Debrecen, al este de Hungría, en trenes hacia Budapest para seguir
rumbo a Europa Occidental, informó el portal index, y otros 300
refugiados hicieron lo propio desde el campamento de Bicske, a unos 40
kilómetros de Budapest, en caminata hacia la frontera, informó el portal
local mon.
Se trata de los refugiados que pasaron un día en la
estación de Bicske, en un tren que había partido el jueves supuestamente
hacia la ciudad de Sopron, en la frontera con Austria, pero que fue
parado por la policía con el fin de llevarlos, por la fuerza, al
campamento.
Después de un día de resistencia pasiva, los
refugiados fueron finalmente ayer al centro y esta mañana marchaban a
pie por la autopista húngara M1 con la esperanza de poder cruzar la
frontera hacia Austria.
Todo esto se produce después de que
anoche Hungría decidiera ofrecer un centenar de colectivos para
trasladar hasta la frontera a los refugiados acampados en la estación de
trenes Keleti de Budapest y en sus inmediaciones, así como a los más de
un millar que horas antes habían emprendido una marcha a pie por una
autopista.
En total, unos 4.500 refugiados fueron llevados en 104
colectivos a la frontera con Austria, informó hoy Károly Kontrát,
secretario de Estado del Ministerio húngaro de Interior, citado por la
agencia EFE.
En la frontera fueron recibidos por las autoridades
austríaca y miembros de la Cruz Roja, y enviados luego en trenes y
autobuses especiales a Viena y Salzburgo, desde donde la mayoría
proseguirá viaje a Alemania.
El gobierno húngaro había advertido
que el permiso implícito a abandonar el suelo húngaro hacia el país
vecino, así como la oferta del traslado, era una medida excepcional y
única, que además solo abarcaba a las personas que estaban en Keleti y
en la autopista M1.
No obstante, Giro-Szász declaró ante la
prensa esta mañana que "los refugiados en la frontera serán tratados
como los que llegaron durante la noche", o sea, que podrán cruzar hacia
Austria, aunque no los van a transportar en colectivos.
Por su parte, las autoridades austriacas han dicho que están preparadas para recibir hasta 10.000 personas.
La
compañía ferroviaria húngara MÁV informó que esta mañana se reanudaron
las llegadas y partidas de los trenes internacionales en la estación
Keleti, que habían sido suspendidas hace dos días.
Esa estación,
escenario de protestas de los refugiados en las últimas semanas, se
había vaciado en la madrugada de hoy, pero luego comenzaron a llegar
otros refugiados para ver si pueden llegar a Austria, Alemania y países
escandinavos.
Como el gobie rno no los trasladará a la frontera
como hizo anoche, cerca de 3000 personas partieron de aquí también,
marchando a pie hacia su destino anhelado, mientras que otros suben a
todos los trenes que podrían llevarlos al menos hasta las cercanías de
Austria.
Giro-Szász insistió en que el traslado fue una medida
excepcional adoptada por Budapest para normalizar la situación, puesto
que los refugiados en marcha y en la estación suponían un riesgo para
"la seguridad de tráfico".
En tanto, dos de los tres refugiados
que fueron agredidos ayer en Budapest por una treintena de hinchas
húngaros, tras un partido entre las selecciones de fútbol de Hungría y
Rumanía, han sido hospitalizados, informó Index.
La agresión se
produjo en la plaza Juan Pablo II, donde dormían los refugiados y que se
encuentra cerca de la estación de trenes Keleti, bloqueada anoche por
la policía para evitar conflictos.
Al término del partido, muchos
de los ultras intentaron provocar a los centenares de refugiados que
acampan en la estación Keleti, pero, al no poder pasar por el bloqueo
policial, se dirigieron hacia las plazas cercanas, donde dormían varios
refugiados.