"Los organismos financieros internacionales han de velar por el
desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de
éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten
a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y
dependencia".
"Dar a cada uno lo suyo, siguiendo la definición
clásica de justicia, significa que ningún individuo o grupo humano se
puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la
dignidad y de los derechos de las otras personas singulares o de sus
agrupaciones sociales".
"Los seres humanos somos parte del
ambiente. Vivimos en comunión con él, porque el mismo ambiente comporta
límites éticos que la acción humana debe reconocer y respetar. Cualquier
daño al ambiente, por tanto, es un daño a la humanidad".
"El abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión".
"La
exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad
humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al
ambiente...Estos fenómenos conforman la hoy tan difundida e
inconscientemente consolidada “cultura del descarte”.
"El mundo
reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica,
constante, de pasos concretos y medidas inmediatas, para preservar y
mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la
exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de
seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual
de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico
de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado".
"Los
gobernantes han de hacer todo lo posible a fin de que todos puedan
tener la mínima base material y espiritual para ejercer su dignidad y
para formar y mantener una familia, que es la célula primaria de
cualquier desarrollo social. Ese mínimo absoluto tiene en lo material
tres nombres: techo, trabajo y tierra".
"La guerra es la negación de todos los derechos y una dramática agresión al ambiente".
"Una
ética y un derecho basados en la amenaza de destrucción mutua –y
posiblemente de toda la humanidad– son contradictorios y constituyen un
fraude a toda la construcción de las Naciones Unidas, que pasarían a ser
“Naciones unidas por el miedo y la desconfianza”. Hay que empeñarse por
un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el Tratado de no
proliferación".
"En las guerras y conflictos hay seres humanos
singulares, hermanos y hermanas nuestros, hombres y mujeres, jóvenes y
ancianos, niños y niñas, que lloran, sufren y mueren. Seres humanos que
se convierten en material de descarte cuando solo la actividad consiste
en enumerar problemas, estrategias y discusiones".
"Otra clase de
guerra viven muchas de nuestras sociedades con el fenómeno del
narcotráfico. Una guerra “asumida” y pobremente combatida".
"El
narcotráfico por su propia dinámica va acompañado de la trata de
personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación
infantil y de otras formas de corrupción...que ha penetrado los
distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y
religiosa".