El Papa calificó como "muy apropiada" la "intención de reflexionar y
dialogar sobre el potencial de desarrollo económico local, como motor de
una visión diferente de la economía, el desarrollo de la relación con
la tierra y entre las personas", según el texto divulgado por la Santa
Sede en un comunicado.
En esa línea, Francisco demandó que "se
necesita con urgencia la aplicación efectiva del Programa 2030", en
relación a las nuevas metas de desarrollo impulsadas por las Naciones
Unidas.
"La acción política y económica es la actividad prudente, dirigida por un concepto perenne de la justicia y que siempre tiene en
cuenta
que, antes y más allá de los planes y programas, hay hombres y mujeres
reales, equivalentes a los gobernantes, que viven, luchan y ellos
sufren, y que deben ser los protagonistas de su propio destino",
planteó.
"El desarrollo humano integral y el ejercicio pleno de
la dignidad humana no pueden ser impuestos", pidió Francisco, que agregó
que "la extensión y el indicador más simple y adecuado del cumplimiento
de la nueva Agenda de Desarrollo será un acceso efectivo, práctico y de
fácil comprensión para todos, a los bienes materiales y espirituales
indispensables: la vivienda privada, el trabajo digno y debidamente
remunerado, una alimentación adecuada y el agua potable; la libertad
religiosa y, más en general, la libertad de espíritu y la educación".
"Las
crisis recurrentes en el mundo han demostrado que las decisiones
económicas que, en general, buscan promover el progreso de todos a
través de la generación de nuevo el consumo y el aumento permanente en
el resultado son insostenibles para la misma tendencia de la economía
global", criticó.
"También hay que añadir que son intrínsecamente
inmorales, ya que dejan todas las preguntas acerca de lo que está bien y
lo que realmente sirve al bien común el margen. Los debates políticos y
públicos, económicos y privados, deberían en cambio preguntarse cómo
integrar criterios éticos en los sistemas y decisiones", concluyó el
papa Jorge Bergoglio.