La docente, que, como todas sus colegas de las escuelas municipales,
acompaña a sus alumnos en el desayuno y el almuerzo, dijo que los días
lunes tienen que preparar "más leche porque muchos niños llegan
hambrientos y toman hasta tres tazas".
En el barrio San Jorge
Segunda Sección, al otro extremo de la ciudad, una de las maestras da
cuenta de la misma situación: "Aunque les damos de comer a todos, de
lunes a viernes, casi sin restricciones salvo casos especiales, es
impresionante cómo se nota la necesidad alimentaria después de cada fin
de semana".
Las autoridades municipales ya están al tanto del
tema y la secretaria de Educación, Cecilia Aro, dijo que comenzaron a
notar estas situaciones el año pasado, a partir de algún caso en un
jardín de infantes, y luego de otros que se fueron detectando en
distintas escuelas.
Beatriz Biolatto, secretaria gremial de
Educación del Sindicato de Empleados Municipales, también dijo estar al
tanto del tema: "En nuestros colegios los chicos reciben una buena
alimentación, pero el problema es cuando no van a la escuela. La
necesidad está en las familias empobrecidas, que son numerosas, y en las
que los padres o no tienen trabajo o están ausentes. En esos casos los
chicos ya no están comiendo en sus casas".