Se resolvió entonces encarar las obras, luego de un fluido diálogo con
el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, quién le manifestó su
preocupación por el cierre temporario, pero no había otra solución.
Por ello se fijó como objetivo realizar las obras en poco tiempo con
“ingeniería bien aplicada; parece magia pero es ingeniería”, dijo.
En
tanto se utilizó el aeropuerto de San Juan, mientras se trabajaba con
“tiempos muy exigentes” pero, dijo, “cuando nos proponemos las cosas
somos capaces de hacerlo. Esta prueba que tuvimos que recorrer juntos
nos fortalece, si se puede, somos capaces hacerlo desde la verdad, la
importancia que tienen las palabras, el compromiso de la palabra”,
afirmó.
También destacó que desde este aeropuerto, como a futuro
de los demás, se podrán realizar viajes al exterior, sin pasar por
Ezeiza, lo cual “corresponde a una Argentina federal”, dijo.
Para
la remodelación del aeropuerto “El Plumerillo” se ha invertido “más de
lo que se invirtió en todos los aeropuertos de la Argentina”, agregó
Macri y señaló que el año próximo se realizará una inversión de 18.000
millones de pesos en diez aeropuertos, lo que “le va a cambiar la vida a
muchos argentinos”, en tanto prevé duplicar en cuatro años los vuelos.
El
aeropuerto de Mendoza recibe 1,3 millones de pasajeros anuales y tiene
cerca de 118 frecuencias semanales (está conectado con 11 destinos de
cabotaje: Aeroparque, Ezeiza, Córdoba, Jujuy, Salta, Neuquén, Esquel,
Perito Moreno, Rosario, Misiones e Iguazú, y dos destinos
internacionales: Santiago de Chile y San Pablo).
Con esta obra,
que incluye la reconstrucción de la pista, la ampliación de la terminal
de pasajeros e inversión en obras complementarias, se beneficiarán 1,6
millones de personas (entre pasajeros, acompañantes y empleados del
aeropuerto). La inversión tuvo un monto de 1.200 millones de pesos. Esta
remodelación forma parte de un plan global de mejora e inversión en
aeropuertos que contempla más de 18.000 millones de pesos para todo el
país.