En 2018, la economía argentina habrá concluido otra década pérdida: el
PBI per cápita a fines de este año será muy similar al que teníamos
antes de que se iniciara la crisis financiera internacional en
septiembre de 2008", así comienza el trabajo elaborado por Martin
Rapetti, director del Programa de Desarrollo Económico del Centro de
Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento
(CIPPEC).
Para el economista "la contracción económica en curso se
disparó a partir del "frenazo" del ingreso de capitales en mayo de este
año" y a su juicio, el 28 de diciembre no fue el factor desencadenante
de la crisis cambiaria. "Es un mito", explicó, "en esos días el riesgo
país no subió demasiado, el tipo de cambio, el riesgo país tampoco,
entre otros factores", señaló el economista.
La percepción de la
falta de dólares en la economía y la retracción del financiamiento
fueron lo que llevaron a "una rápida y fuerte suba del tipo de cambio,
negociar un acuerdo stand-by con el Fondo Monetario Internacional (FMI)
para evitar un overshooting cambiario y una potencial escalada de la
crisis", se lee en el trabajo.
A juicio de Cippec la retracción del
financiamiento externo implica reducir el déficit de cuenta corriente,
"la corrección involucrará una caída del gasto público y privado y, en
consecuencia, una contracción en la actividad económica".
En el
Gobierno estiman que la economía comenzará a crecer en el segundo
trimestre del 2019 pero Rapetti estima que "el ajuste puede llevar más
de un mandato".
Respecto de la inflación estiman que "la inflación se
acelerará" con la lógica consecuencia de la caída "del poder
adquisitivo de los ingresos privados, el consumo y la inversión".
Ante
la pregunta de si a los argentinos realmente les preocupa la inflación
la respuesta la dio con un dato: "Una inflación del orden del 25% no es
un impedimento para crecer"
El trabajo demuestra que los ciclos de
stop-and-go en el que se encuentra atrapada la economía argentina desde
2011. "Las fases expansivas del ciclo ocurrieron en 2011, 2013, 2015,
2017 -coincidiendo con los años electorales- y las recesivas en 2012,
2014, 2016 y, probablemente, 2018".
Los ciclos se explican, por un
lado, por un alto nivel de gasto público y consumo privado y, por el
otro, una limitada capacidad productiva de los sectores transables de la
economía. Por esta razón "cada intento por expandir el gasto deriva en
un faltante de dólares que conduce a una crisis cambiaria que interrumpe
el crecimiento", aclara el trabajo.
• Exportar
Para Cippec, que
sus trabajos tienen una mirada de mediano largo/plazo, la Argentina para
tener un crecimiento sostenido se necesita "aumentar las exportaciones y
la producción que compite con importaciones" para ello será necesario
"mantener al tipo de cambio real en valores, al menos, como el actual y
diseñar políticas específicas de estímulo a sectores transables
primarios, industriales y de servicios". Será necesario también corregir
"el sobredimensionamiento del gasto público y el déficit fiscal",
señala el economista.
En este sentido, indicó que las últimas medidas
respecto a los reintegros de las exportaciones no van en la dirección
correcta aunque Rapetti la justificó en el marco del abultado déficit
fiscal.
A su juicio, así como el país se fijó una meta por inflación
sería apropiado el fijar una "meta por exportación". Además, utilizar
todas las herramientas posibles de apoyo a la exportación.
Admite que
el tema laboral es clave, que hoy en día, es necesario aggiornar los
convenios y como siempre ocurre se pone sobre la mesa el acuerdo logrado
en Vaca Muerta. Justamente Vaca Muerta permitirá bajar el costo de
energía, un factor importante para el desarrollo industrial.
Rapetti
ve con buenos ojos la designación de Dante Sica "un hombre que conoce
los temas de los sectores productivos" y también rescata el trabajo del
titular del Banco Central, Luis Caputo al tiempo que considera que "aún
se necesita más coordinación económica".
Finalmente considera que el
financiamiento que necesita el país para el año que viene se ubica en
torno a los 12 mil millones de dólares (previsto en el acuerdo con el
FMI) y tiene dudas si los shocks cambiarios ya quedaron atrás.