Los servicios públicos aumentaron más de 2000% en los últimos tres años. Argentina es el tercer país de la región en cuanto al peso de las tarifas en relación con el Salario Mínimo, sólo por detrás de Chile y Venezuela, según un estudio de la Universidad Nacional de Avellaneda. por BAE Negocios
Argentina es el país sudamericano que registró el mayor aumento de los servicios públicos comparados con el salario mínimo en los últimos tres años, de acuerdo con un informe de la Universidad de Avellaneda (Undav).
Según el estudio elaborado por esa casa de estudios, desde 2015 se pasó
de una incidencia muy baja del costo tarifario, cercana al 6% del
salario, a una del 23,5%: de este modo, la Argentina pasó a la tercera
posición en el "ranking" de ocho países de la región, sólo por detrás de
Venezuela y Chile.
La Undav señaló que con la liberación de las
tarifas, se registró una "notable transferencia de recursos", y el
ahorro para el erario público que posibilitó la supresión de los
subsidios en las tarifas, fue más que compensado por la merma de otros
recursos, por ejemplo los menores ingresos por la baja de retenciones a
las exportaciones, a la minería y a las grandes empresas, producto de la
reforma impositiva sancionada a fines de 2017.
Asimismo, indicó
que desde inicios de 2016 se aplicaron incrementos acumulados promedio
del 2.057% en gas natural, de 1491% en energía eléctrica y de casi un
1.000% en el servicio de agua potable. Mientras que en materia de
transporte, hubo ajustes del 677% en peajes, 375% en el boleto del tren,
332% en colectivos de corta distancia y un 177% en subtes.
En el
texto se explica que al estudiar la evolución del peso de los
principales servicios públicos (energía eléctrica, gas de red y agua
potable) sobre el salario mínimo, se encuentra un incremento acumulado
de 17,2 puntos porcentuales en los últimos tres años.
"En última
instancia la política tarifaria, permite reducir los gastos estatales en
subsidios, pero al no poner un tope en los precios que las
distribuidoras determinan para los usuarios finales, implica que las
ganancias en dólares de dichas compañías terminen siendo soportadas
tanto por toda la cadena productiva argentina como por las familias",
expresa el informe.
El texto también señala que si bien desde el
poder ejecutivo se dijo que uno de los beneficios que traería el
“sinceramiento tarifario” es el de evitar el derroche energético
producido por los bajos precios que pagaba el consumidor, la evolución
en las cantidades demandadas tanto de energía eléctrica como gas y agua
de red, evidencian que se trata de servicios inelásticos que se
consumían de acuerdo con su real necesidad, ya que el consumo permanece
en los mismos niveles de 2015.
Por lo que lejos de modificar el
consumo energético de los hogares, los continuos tarifazos "solo han
erosionado el ingreso real disponible para la compra del resto de los
bienes. De esta forma, se confirma que el poder de compra de las
mayorías ha sido pulverizado en una proporción mayor a la que surge del
nivel general del índice de precios".
“Ante un contexto de
recesión, pérdidas de puestos de trabajo, crisis del entramado pyme,
apertura importadora, inflación fuera de control y una política
monetaria que busca mediante una tasa de interés por las nubes secar la
plaza de pesos (para contener una nueva corrida), los tarifazos que
impulsan las empresas de servicios básicos con el fin de dolarizar
ganancias, golpean de manera crítica el salario y los ingresos de los
sectores medios y populares”, remarca el texto de la UNDAV.