Inflación de octubre podría llevar las tasas de interés a niveles aún más elevados
Por Julián Guarino Ambito.com
No hay buenas señales para la economía real. En cambio, los cultores del ciclismo financiero podrían tener algunas semanas más de prometedor recorrido. El Banco Central mantendrá su tasa de interés de referencia en niveles altos al menos hasta que la inflación comience a descender. Es más: hay quienes piensan que, en el corto plazo, esa tasa podría ser ajustada hacia arriba.
Si había dudas, en las últimas horas varios referentes del Gobierno
salieron a dar garantías de continuidad en la política monetaria. El
ministro Dujovne, por ejemplo, sostuvo que se "va a seguir con una
política muy firme de control de los agregados monetarios", esto es, un
ancla en la base monetaria con la finalidad de llegar a tener una
inflación "sustantivamente más baja".
En este sentido, Dujovne
buscó quitarle importancia al impacto de las altas tasas (72% para las
Leliqs) al sostener que "hay que mirarlas en términos reales porque
"cuando se mira la inflación de septiembre, con el dato anualizado, lo
que da son tasas apenas positivas en términos reales". "En la medida en
que la inflación baje, va a ir bajando la tasa de interés", prometió.
Desde
el equipo de Dujovne señalan que si bien las tasas son altas en
términos nominales, si se anualiza la inflación de septiembre, esa
alícuota supera el 80%, obviamente niveles insostenibles en el tiempo.
Impacta hacer el mismo ejercicio pero utilizando la inflación mayorista:
da 192% anual. La clave entonces está en hacer el razonamiento inverso:
si la inflación no cede, entonces los niveles de tasas seguirán altos.
En esta línea, las expectativas de inflación para el mes de octubre
sostienen la hipótesis de tasas altas por varias semanas más.
Pero
además existe otro argumento que alimenta las expectativas de una tasa
que será sostenida en estos niveles: para los inversores, el tipo de
cambio acercándose a la banda inferior, deriva en un mayor riesgo
cambiario y, en consecuencia, mayor exigencia de tasa en pesos
argentinos. Dicho de otro modo: la apreciación del tipo de cambio desde
la implementación del nuevo programa monetario impone una presión
alcista sobre las tasas de interés. Incluso cuando las bandas cambiarias
no significan un compromiso con la paridad por parte del BCRA, el
riesgo cambiario es mayor cuanto mayor la cercanía al límite inferior de
la zona de no intervención, por un superior recorrido probable al alza.
Así
piensan por ejemplo en la consultora Delphos y lo argumentan en los
últimos resultados de las licitaciones. Si bien se renovaron $ 106.000
millones de Lebacs en manos de privados a una tasa nominal anual del 57%
(unos 1200 puntos básicos por encima de la licitación previa), de los $
102.000 millones restantes de privados que se volcaron a la calle, más
de la mitad se absorbieron vía Lecaps (que en la última licitación
subieron su tasa 1200 puntos básicos) pero el resto se habría trasladado
a depósitos a plazo fijo. Según Delphos, al 12 de octubre los depósitos
a plazo (no ajustables por CER/UVAs) crecieron un 3,6% respecto del
cierre de septiembre, mostrando asimismo una aceleración progresiva en
su ritmo de aumento.
Desde la firma MT, Agustín Bahl sostuvo que "la
ortodoxia monetaria le permite al Gobierno bajar la ansiedad y recuperar
la confianza" si bien los niveles de tasas son elevados para la
economía real, "el nivel de equilibrio del costo del dinero recién podrá
definirse cuando se frene la volatilidad".
En esta línea opinó
también a ámbito.com, el economista jefe de Santander Río Argentina,
Sergio Galván: "Hoy el tipo de cambio parecería estar controlado. Esto
es un menú de tres pasos. Primero había que estabilizar el mercado. Eso
tuvo un alto costo por las tasas de interés, pero se pudo estabilizar.
El paso número dos tiene que ver con pensar a qué ritmo bajamos la tasa
de interés testeando al mercado. Y el tercer paso es dar cuenta en qué
momento el ciclo en qué momento el ciclo empieza a mostrar
recuperación", analizó.
Si bien el salto del dólar durante agosto
(+35,6%) y septiembre (+10,2%) generó aumentos de precios, existen dos
factores que encienden luces de alerta y que también pondrían un piso
más alto para la tasa. Por un lado, la inflación mayorista de 16% para
septiembre y la diferencia con la inflación minorista, significa que aún
no se traslada el impacto total de la devaluación a las góndolas. Por
otro, la inflación de septiembre de 6,5% podría dejar un efecto arrastre
para el mes de octubre que se calcula en un 5%, pero como
adicionalmente, se han aplicado en los últimos días aumentos acordados
en tarifas y en combustibles, esto que podría impulsar aún más los
precios.