Así, se constituyeron como unas de las grandes ganadoras de la era
Cambiemos, un período signado por una recesión que hundió el PBI per
cápita 8,8% en un sólo período presidencial.
De cara al recambio de
Gobierno, el sector energético está en el centro de la escena. Es que
Vaca Muerta es una de las grandes esperanzas de un sector importante del
Frente de Todos para traer dólares al país, que es hoy una de las
grandes necesidades. Sin embargo, una de las dudas es cómo manejará el
equipo de Alberto Fernández las demandas de las grandes compañías del
sector, que reclaman reanudar las subas de tarifas, congeladas en clave
electoral durante este segundo semestre, y obtener la libre
disponibilidad de divisas pese al cepo cambiario vigente como
condiciones para invertir.
Los tarifazos acumularon alrededor de
2.200% en el caso del gas y superaron el 3.000% en el de la luz.
Mientras, se liberalizó el precio de los combustibles. "Desde 2016, el
énfasis en materia de energía estaba puesto en recomponer las tasas de
rentabilidad de las empresas del sector y así impulsar los niveles de
inversión y producción para lo cual se recurrió a la dolarización de las
tarifas de la energía", explicó la Undav. Y remarcó que, como
contracara, esto golpeó el poder adquisitivo de los hogares e implicó un
aumento de los costos para las empresas industriales, agropecuarias y
de servicios, lo que significó "un combo letal para la actividad".
El
resultado fue un alza promedio del 995% en tres años de los ingresos
por ventas de las energéticas privadas, mientras la inflación acumuló
157%. La estatal YPF fue la firma con menor aumento de ingresos (179%)
aunque aún así avanzó en términos reales. Las más beneficiadas fueron
TGN, con una suba del 1.475%; Pampa Energía, del 1.437%; y Edenor, del
1.372%.