Esta semana, The Lancet, una de las revistas científicas de mayor
prestigio del mundo, subrayaba la necesidad de una evaluación
independiente de la gestión del coronavirus en España con el fin de
analizar por qué, contando con uno de los mejores sistemas sanitarios
del planeta y sólo 47 millones de habitantes, presenta más de 300.000
casos, 28.498 muertes confirmadas y una estimación de 44.000 decesos en
total.
España superó el jueves a Reino Unido como el país con
más contagiados por coronavirus de Europa y el sábado registró un salto a
4.507 casos positivos diarios.
Así las cosas, Madrid encabeza las
regiones con más contagios, con un total de 1.411. Le sigue el Cataluña,
que sumó 1.018 nuevos casos, Comunidad Valenciana (469) y País Vasco
(409).
La reflexión de la revista hace hincapié en que España ocupa
el puesto número 15 en el índice de Seguridad Sanitaria Global, por lo
que urge entender qué ha ocurrido para que con tan buen status sanitario
la pandemia de haya expandido como lo hizo. Entre las posibles causas
que se barajan enumeran: una reacción tardía y descoordinada por parte
de las autoridades nacionales y regionales, falta de recursos humanos y
materiales para realizar, por ejemplo, pruebas PCR con equipos de
protección adecuados, procesos lentos de decisiones, cuestionable
dependencia del asesoramiento científico, o el envejecimiento de la
población.
Además, a todo lo anterior, habría que sumarle los altos
niveles de movilidad y migración de la población, y el azote que ha
supuesto para las residencias de mayores o para los grupos vulnerables
que experimentan desigualdades sociales y de salud. Problemas todos
agravados por las consecuencias de una década de austeridad y merma de
la salud pública y su capacidad de reacción.