Incertidumbre, tensión y de nuevo la OEA: ¿cuál es el escenario en Bolivia a cuatro días de las elecciones?. Los candidatos cierran sus campañas rumbo a una jornada que tendrá múltiples observadores internacionales. Luis Arce y Carlos Mesa, los dos candidatos principales a la Presidencia de Bolivia.David Mercado / Reuters. Cierres de campaña con actos masivos a pesar de la pandemia, temor a episodios de violencia, el liderazgo en las encuestas del candidato del Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, pero todavía insuficiente para garantizar una victoria en primera vuelta y la llegada de observadores internacionales marcan la recta final de unas elecciones en las que Bolivia intentará recuperar la democracia que perdió el año pasado, después del golpe de Estado contra Evo Morales.
El próximo domingo, 7,3 millones de bolivianos estarán habilitados para
elegir a uno de los seis candidatos que mantienen vigente su
postulación, a diferencia de la presidenta de facto Jeanine Áñez y el
expresidente Jorge 'Tuto' Quiroga, quienes ya renunciaron debido a la
escasa intención de voto que les anticipaban las encuestas.
Las
presiones para que otros candidatos abandonen la carrera continúa en
estos últimos días, con la intención de que ese voto se vaya a favor del
expresidente Carlos Mesa, candidato de Comunidad Ciudadana, a quien los
sondeos ubican en un segundo lugar frente a Arce, el exministro de
Economía de Morales.
Luis Arce, candidato presidencial del Movimiento
al Socialismo, durante un acto de campaña en La Paz, Bolivia. 19 de
septiembre de 2020.Juan Karita / Reuters Bajo la premisa 'todos contra
el MAS', las miradas ahora están puestas en el líder ultraderechista
Luis Fernando Camacho, quien avanza en tercer lugar con simpatías
electorales del 10,7 al 16,7 %, lo que sería suficiente para inclinar la
balanza en favor de Mesa.
Pero los llamados a la unidad antimasista
no han tenido efecto. A pesar de que, de los ocho candidatos que se
postularon originalmente, siete son de derecha o ultraderecha y férreos
opositores al partido de Morales, sus ambiciones políticas personales
les impidieron llegar a un acuerdo para enfrentar de manera conjunta a
Arce en las urnas.De acuerdo con las últimas encuestas, el exministro de
Economía tiene una intención de voto que va del 30 % al 42,2 %, en
tanto que la de Mesa oscila del 24,5 % al 33,1 %.
Para ganar el
domingo, Arce debería obtener el 50 % más uno de los votos, o el 40 %,
pero con una diferencia de por lo menos 10 puntos con respecto a Mesa.
Hasta ahora ningún estudio vaticina tales diferencias.
Tensión. En
caso de que no se cumpla ninguna de estas premisas, Arce y Mesa se
enfrentarán en una segunda vuelta prevista para el 29 de noviembre. Y
ahí sí, el escenario se torna más complejo para el candidato del MAS.
Por
eso, una de las apuestas del masismo para el domingo es el voto en el
extranjero, que equivale a un 3,0 % y que, en estas condiciones, será
fundamental para evitar un ballotaje.
Mientras llega el momento de
abrir los centros de votación, la violencia permanece latente en el
país: desde los discursos de Áñez para evitar a toda costa un posible
triunfo del MAS, hasta peleas verbales y físicas entre militantes de
diferentes partidos e incluso un ataque a la Fiscalía General de Sucre
por parte de Resistencia Juvenil Cochala, un violento grupo de choque.
Naciones Unidas y la Unión Europea ya documentaron alrededor de 50
enfrentamientos o conatos de violencia durante actos partidarios, por lo
que publicaron una carta junto con la Conferencia Episcopal de Bolivia
para pedir por unas elecciones pacíficas.