El anuncio de Vizzotti no es menor. No solo implica un refuerzo a la
campaña de inmunización en momentos en que las vacunas no abundan, sino
que viene a tranquilizar a todos aquellos que ya tienen una dosis y
estaban preocupados acerca de qué pasaría con la segunda. La Argentina
recibió hasta acá 1.082.400 dosis de AstraZeneca, todas a través de
Covax, fabricadas en laboratorios europeos y de Corea del Sur. A su vez,
llegaron al país 580.000 vacunas Covishield, que son iguales, solo que
producidas con otra marca por el Serum Institute de la India. Del
laboratorio de la India, el mayor productor mundial de vacunas, debían
venir al país otras 580.000 para completar las 1.160.000 dosis que se
habían pactado. En primer envío llegó a Ezeiza en el vuelo QR 8155,
procedente de Doha, el pasado 17 de febrero. A su llegada, el lote
inicial de Covishield fue repartido entre las jurisdicciones. La Ciudad
de Buenos Aires recibió 131.000 y con ellas abrió la inscripción para
vacunarse de los mayores de 80 años. En el resto del país también fueron
aplicadas y quienes las recibieron están a la espera de la segunda
dosis.
La preocupación surgió cuando de la suba de contagios en la
India provocó el desborde sanitario en ese país y sus autoridades
prohibieron la exportación de vacunas. La indicación que les dieron a
los vacunados fue que la segunda dosis se la darían entre los 28 días y
las 12 semanas posteriores a la primera. El Consejo Federal de Salud,
integrado por los ministros del área de todas las jurisdicciones,
decidió a fines de marzo que lo mejor era aplicarla en el máximo de ese
lapso porque los estudios demostraron que así tiene mayor eficacia.