La reunión con la prensa internacional y local estuvo encabezada por el
ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo Del Castillo, el comandante de
la Policía Boliviana, Jhonny Aguilera y el actual embajador de Argentina
en Bolivia, Ariel Basteiro.
Imágenes detalladas mostraron el
material exhibido, proveniente de Buenos Aires. Se trata de numerosos
elementos y municiones antidisturbios y otros que ingresaron a
territorio boliviano de forma irregular en 2019, tras la forzada salida
del gobierno del entonces presidente Morales. También se detallaron
documentos y correspondencia entre la embajada argentina y las fuerzas
de seguridad bolivianas emitidas durante la crisis política y la
represión con decenas de muertos, que atravesó Bolivia a fines de 2019.
"El
tráfico de armas está penado en Bolivia con 30 años de prisión. Quiero
hacer hincapié en el tema de Argentina. En bodegas de la policía
boliviana se encontró material. Una parte fue enviado legalmente y otra
parte se hizo de manera ilegal y lo estamos investigando", enfatizó Del
Castillo.
“Los bolsos decían guantes, pero adentro había municiones”,
señaló Del Castillo y mostró fotos del material hallado. "Llegaron
otras municiones, otros proyectiles que no fueron solicitados ni mucho
menos aprobados por las autoridades locales. Este material fue
trasladado en la residencia del gobierno de Bolivia. Se le hace entrega
de este cargamento ahí. Estos efectivos reciben cajas de municiones,
proyectiles y granadas para la policía boliviana. Gran parte fue
entregada a la Fuerza Aérea sin ningún tipo de documentación. Hay un
faltante que vamos a investigar si fue utilizado en las masacres de
nuestro país", añadió.
El funcionario confirmó que se encontraron
26.900 balas anti-tumulto 12/70 en un depósito de la Policía de Bolivia.
Es parte de las 70.000 balas de gomas que la Gendarmería pidió sacar
del país el 12 de noviembre de 2019 con el argumento de defender la
embajada en argentina en el país del Altiplano.
Según el detalle
brindado por las autoridades bolivianas este lunes, algunas de estas
balas estaban escondidas en bolsas rotuladas como "guantes" y otras
estaban en cajas con el sello de la Gendarmería Argentina dentro del
depósito de la Policía Nacional Boliviana en el que se hallaron. "Gran
parte (de los pertrechos, NDR) también fue enviada a la Fuerza Aérea
Boliviana (FAB) y hay un faltante que aún se encuentra en investigación y
debemos determinar si fue utilizado en las masacres de Sacaba y
Senkata", afirmó Del Castillo.
La hipótesis más firme es que de las
70.000 balas de goma que salieron de la Argentina, 40.000 fueron a la
FAB -según surge de la carta que envió el 13 de noviembre de 2019 el
entonces comandante boliviano Jorge Terceros Lara- y el resto a la
Policía de Bolivia.