Showmatch, baja audiencia y mucha repetición en un formato que hace agua . Este año, Rial se bajó de la tele porque su programa no rendía en rating y Tinelli volvió con su show de baile, imitaciones de políticos y jurado famoso, pero el público no acompaña el formato. Fórmulas que dieron resultado durante tanto tiempo parecen haber caducado. Un modo de hacer y estar en la televisión quedó atrás y mucha agua ha corrido bajo el puente para que “el corte de pollera” sea parte del pasado. Por Flor Monfort ¿Cuántas cosas representa Marcelo Tinelli comiéndose dos alfajores juntos? Es su boca, abierta a lo Guasón, pegada a un micrófono, el símbolo de una manera de estar en la tele, y su imagen la de quien tuvo el poder de marcar una agenda mediática que generó miles de pesos, programas mellizos, enemigos y satélites, figuras, escándalos y momentos emblemáticos, como el de un presidente confundiéndose la salida del estudio o una banda de rock rompiendo los instrumentos en vivo.
En 1990, fue él quien empezó a charlotear al aire mientras comentaba
deporte, después a describir bloopers (e instalar esta palabra en
nuestro diccionario “vivo”) con sus amigotes fuera de cámara y a arengar
a que le festejen los chistes aunque sean básicos o "graciosos" a costa
de la desesperación de otrxs.
El inventó esa manera, la ramificó
hasta el cansancio, fundó su propia productora para independizarse de
los canales de televisión (y facturar sus PNT directamente) e hizo de la
burla una respiración que incluía varios espasmos nerviosos, pero
siempre la seguridad de que el público, del otro lado, acompañaba el
delirio de reírse a esa hora en que los platos ya están lavados y solo
queda relajarse para descansar. Tinelli es el que te prende fuego la
casa pero después te regala otra, solo por el placer de ver tus cambios
de emoción. Pero algo de ese humor ya no tiene resonancias en el
público: esta semana, Showmatch midió 7,2 puntos de rating, un número
muy por debajo de las que el dueño del "Buenas noches América" está
acostumbrado.
Showmatch, baja audiencia y mucha repetición en un formato que hace agua
Este
año, Rial se bajó de la tele porque su programa no rendía en rating y
Tinelli volvió con su show de baile, imitaciones de políticos y jurado
famoso, pero el público no acompaña el formato. Fórmulas que dieron
resultado durante tanto tiempo parecen haber caducado. Un modo de hacer y
estar en la televisión quedó atrás y mucha agua ha corrido bajo el
puente para que “el corte de pollera” sea parte del pasado. Por Flor
Monfort
¿Cuántas cosas representa Marcelo Tinelli comiéndose dos
alfajores juntos? Es su boca, abierta a lo Guasón, pegada a un
micrófono, el símbolo de una manera de estar en la tele, y su imagen la
de quien tuvo el poder de marcar una agenda mediática que generó miles
de pesos, programas mellizos, enemigos y satélites, figuras, escándalos y
momentos emblemáticos, como el de un presidente confundiéndose la
salida del estudio o una banda de rock rompiendo los instrumentos en
vivo. En 1990, fue él quien empezó a charlotear al aire mientras
comentaba deporte, después a describir bloopers (e instalar esta palabra
en nuestro diccionario “vivo”) con sus amigotes fuera de cámara y a
arengar a que le festejen los chistes aunque sean básicos o "graciosos" a
costa de la desesperación de otrxs.
El inventó esa manera, la
ramificó hasta el cansancio, fundó su propia productora para
independizarse de los canales de televisión (y facturar sus PNT
directamente) e hizo de la burla una respiración que incluía varios
espasmos nerviosos, pero siempre la seguridad de que el público, del
otro lado, acompañaba el delirio de reírse a esa hora en que los platos
ya están lavados y solo queda relajarse para descansar. Tinelli es el
que te prende fuego la casa pero después te regala otra, solo por el
placer de ver tus cambios de emoción. Pero algo de ese humor ya no tiene
resonancias en el público: esta semana, Showmatch midió 7,2 puntos de
rating, un número muy por debajo de las que el dueño del "Buenas noches
América" está acostumbrado.