La selva amazónica se destruye a un ritmo más rápido que en los últimos 15 años. La destrucción de la Amazonía brasileña se aceleró este año a niveles que no se observaban desde 2006, a pesar de las promesas de la Administración de Jair Bolsonaro de poner fin a la deforestación ilegal La destrucción de la Amazonía brasileña se aceleró este año a niveles que no se observaban desde 2006, a pesar de las promesas de la Administración de Jair Bolsonaro de poner fin a la deforestación ilegal. Más de 13 mil kilómetros cuadrados de selva, o un área casi del tamaño del estado de Connecticut, en Estados Unidos, se perdieron entre agosto de 2020 y julio de 2021
, según una estimación preliminar del Instituto Nacional de
Investigaciones Espaciales (Inpe, por sus siglas en portugués), que
supervisa el área mediante satélites. Los datos, que muestran que la
deforestación aumentó casi un 22% con respecto al año anterior, se
publicaron tarde el jueves, solo unos días después de que el ministro de
Medioambiente de Brasil, Joaquim Leite, criticara a los países ricos en
la cumbre COP26 por gastar demasiado poco en ayudar al mundo en
desarrollo a proteger el medioambiente.
Los datos del Inpe muestran
que la destrucción de la selva tropical se ha acelerado desde que
Bolsonaro asumió la presidencia con la promesa de abrir la Amazonía a la
minería, la agricultura y otros proyectos de desarrollo. Coincide con
la desfinanciación de agencias medioambientales y la suspensión de
multas por delitos contra el medioambiente.
Después de que se dieron a
conocer las cifras, Leite anunció medidas para proteger la selva,
incluida la expansión de la operación denominada Guardianes del Bioma
que lucha contra la deforestación.