Y agregó: “No voy porque no se invita a todos los países de América y
yo creo en la necesidad de cambiar la política que se ha venido
imponiendo desde hace siglos”. Además, anunció que en julio piensa
reunirse en Estados Unidos con el presidente Joe Biden para hablar sobre
la integración del continente. El presidente mexicano dijo que no puede
haber cumbre si no participan todos los países del continente, y
criticó a Estados Unidos por continuar con una política de
“intervencionismo, de falta de respeto a las naciones y a sus pueblos”.
“Sería el colmo que asistiéramos”, dijo.
“Yo tengo muy buena relación
con el presidente Biden, es un hombre bueno, en este caso siento que
hay muchas presiones de algunos dirigentes del Partido Republicano y
también del Partido Demócrata, que tienen que ver con la comunidad
cubana en Florida y en Estados Unidos, que tienen mucha influencia, pero
que desde mi punto de vista están actuando con odio y que no quieren la
hermandad de los pueblos y están haciendo sufrir mucho a un pueblo
abnegado y digno, como el de Cuba”, afirmó. Agregó que el bloqueo a Cuba
es una "violación a los derechos humanos".
Estas personas y grupos
tienen “mucha influencia”, dijo, y como habrá elecciones en poco tiempo,
los gobernantes “tienen miedo”, ya que “si se logra una nueva política
con Cuba o con cualquier país de América y ellos no están de acuerdo,
entonces llaman a no votar por partidos, por candidatos y tienen mucha
influencia”. El presidente dijo que no quiere que “nadie se sitúe por
encima de los países” y que no acepta la "hegemonía ni de China, ni de
Rusia, ni de Estados Unidos. Todos los países, por pequeños que sean,
son libres e independientes. Ya no vamos a quedarnos callados ante las
ofensas a migrantes y mexicanos y voy a insistir en la reforma
migratoria".
Para el presidente mexicano “si no se dice basta, no se va a encontrar una salida” a estos problemas.