El proyecto de ley que será presentado a las 17 en el Museo del
Bicentenario deberá superar el debate en el Congreso, donde funcionará
como una amalgama de la coalición de gobierno y tendrá en Juntos por el
Cambio y la bancada ultraliberal una fuerte resistencia. La Asociación
Empresaria Argentina (AEA) y la Unión Industrial Argentina ya
expresaron su preocupación por la iniciativa que fue anticipada en abril
por el ministro Guzmán.
A pesar del posicionamiento del empresariado
y la oposición de derecha, la medida recibió la aprobación por parte de
funcionarios del FMI y decisiones similares fueron puestas en práctica
en Gran Bretaña, Italia y España.
¿Cuáles son las claves que anticipó el Ministerio de Economía hasta el momento?
Un impuesto avalado por el FMI y aplicado en el mundo
"Al
igual que debe hacerse y a veces se hace después de las guerras, donde
también mientras unas empresas luchan por sobrevivir otras se vuelven
más boyantes que nunca, los gobernantes pueden hacer que estas últimas
compensen a las primeras con un impuesto adicional y temporal", sostuvo
el economista del FMI Jean-Marc Natal, al presentar un informe técnico
del organismo a mediados de abril.
"El principio general de las
finanzas públicas es que debes encontrar dónde están los recursos e
intentar compensar a quienes más sufren", ratificó Natal. Esa es la
política que decidió aplicar Gran Bretaña, Italia y España frente el
incremento de los costos de la energía para compensar el pago de las
tarifas domiciliarias, que en la Argentina se incrementarán en los
próximas meses.
El gobierno del Reino Unido, a cargo de Boris
Johnson, anunció a fines de mayo un "impuesto a las ganancias
inesperadas (windfall tax)" para los productoras de petróleo y gas.
Según el ente regulador de la energía británico, el impacto de la guerra
en los precios llevará la factura domiciliaria de 800 libras y 2.800
libras (unos 3500 dólares) anuales promedio en octubre.
En tanto,
Italia dispuso que las compañías de energía paguen un impuesto único del
25% para compensar el aumento del servicio. Un 10% del pago fue
ordenado para fines de este mes y el resto deberá ejecutarse antes de
noviembre. Por su parte, España ya tenía en ejecución un impuesto para
las ganancias extraordinarias por el contexto de la pandemia de Covid-19
y la guerra, y el gobierno de Pedro Sánchez planteó busca reforzarlo
haciendo foco en las empresas energéticas.
"España fue uno de los
primeros países que intervino el tema de los beneficios caídos del
cielo. No sé por qué se puede intervenir el sector financiero y no el
energético", señaló Sánchez recientemente durante el Foro de Davos.