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Cristina Fernández de Kirchner, situación que se corroborará este 
miércoles cuando el Indec comunique la cifra histórica de las 
importaciones de mayo, que se calcula estará cerca de los 9000 millones 
de dólares. Desde el Gobierno atribuyen, como una de las explicaciones 
clave de este comportamiento, al aumento de las importaciones de 
energía, que se triplicaron con respecto al año pasado, aunque también 
admiten la existencia de importaciones especulativas y un crecimiento a 
raíz de la propia actividad.
Crecimiento exponencial Los principales 
focos del debate económico están puestos en el nivel de las 
importaciones. Tanto que desde el Gobierno, así como a veces abren el 
paraguas unos días antes de que salga el dato de la inflación, 
deslizaron de la misma forma la cifra de importaciones de mayo. Podrían 
llegar a los 8900 millones de dólares, suma que significaría un aumento 
de 73 por ciento con respecto a mayo de 2021.
Estos números se 
convierten en tendencia si se analizan los datos hacia atrás: desde que 
empezó el año todos los meses se importan por lo menos un 30 por ciento 
más que el mismo periodo del año anterior, y llega a ser el doble en 
algunos casos. Si se sigue con la trayectoria actual, se llegaría a 
diciembre con 85 mil millones de dólares en importaciones, cuando el 
promedio anual desde 2015 es de 58 mil aún contando el 2020 que, por su 
parate, tira para abajo el promedio. Dada la dinámica industrial y de 
exportaciones, se necesitarían importar 74.000 millones de dólares para 
cumplir con los objetivos de acumulación de reservas este año. Es decir 
deberían mantener un número de 6000 millones mensuales de mayo a 
diciembre.
Diagnóstico. En el Gobierno asumen que el aumento de las 
importaciones tiene su origen en tres motivos: el aumento de los precios
 internacionales de la energía, la recuperación de la actividad 
industrial que, a medida que produce más, demanda más dólares, y 
finalmente lo que se conoce como "importaciones especulativas".
La 
importación de energía y combustible son partida imposibles de reducir 
dados sus destinos, se triplicó en mayo de este año con respecto al 
2021: pasaron de 852 a 2480 millones de dólares.
Por su naturaleza, 
no hay dimensión numérica acerca de las importaciones especulativas para
 la acumulación de stock para protegerse de una posible devaluación. Es 
una de las tareas para el flamante titular de la Dirección General de 
Aduana. Teniendo en cuenta que existe un universo de 600 empresas que 
concentran el 75 por ciento de las importaciones del país, esta misión 
debería ser abordable.
La recuperación de la actividad industrial 
demanda más importaciones con la consecuente activación de la 
restricción externa: cuando la economía crece demanda dólares para 
importar insumos y bienes de capital que no se producen en el país, 
generando problemas en el sector externo.
Este crecimiento está dado 
principalmente por bienes intermedios y de capital: el 70 por ciento del
 crecimiento de las importaciones de este año está concentrado en 
energía y combustibles, insumos químicos, partes para productos 
electrónicos de Tierra del Fuego, autopartes, agroquímicos y productos 
farmacéuticos. Los bienes finales como calzado, textiles, heladeras, 
tractores y autos bajo licencias no automáticas, en cambio, representan 
apenas el 10 por ciento del total importado y se encuentran en descenso.
Sábana corta
Dado
 este panorama, y descontando que se ejercerá un especial control a las 
importaciones especulativas, el Gobierno se encuentra ante un dilema de 
"sábana corta". Ante la imposibilidad de recortar energía y 
combustibles, teniendo los bienes de consumo ya limitados y con baja 
representatividad en el total de las importaciones - y con la amenaza de
 la judicialización en caso de extenderla a más productos-, restringir 
las importaciones significa afectar al crecimiento industrial.
Por 
otro lado, sostener "el festival de importaciones" presiona sobre el 
valor del dólar con un efecto que puede tener consecuencias negativas 
para toda la población. Fueron 24 las veces que la vicepresidenta 
Cristina Fernández de Kirchner nombró la palabra importaciones en su 
discurso del lunes en el acto de la CTA. 

