Etchecolatz murió a las 5.30 en la Clínica Sarmiento de la localidad
bonaerense de San Miguel, donde se encontraba internado con custodia
policial, informaron a Télam fuentes de las querellas en su contra.
Tras
conocerse la noticia, distintas personalidades de la política y los
derechos humanos se expresaron respecto de la muerte del represor.
Nacido
en la ciudad de Azul el 1 de mayo de 1929, Etchecolatz muere con
múltiples condenas a prisión perpetua, acusado por diversos crímenes de
lesa humanidad, mediante una serie de sentencias dictadas entre los años
1996 y 2022, que fueron unificadas en una pena única de reclusión. La
novena condena a cadena perpetua le llegó en mayo de este año cuando el
Tribunal Oral Federal 1 de La Plata lo condenó por los secuestros y
torturas de siete personas en el excentro clandestino de Pozo Arana,
entre ellas el albañil Jorge Julio López, y los asesinatos de cuatro de
esas víctimas, entre ellas Francisco López Muntaner, uno de los
estudiantes secuestrados en La Noche de los Lápices. Su nombre quedó
asociado también con la desaparición de Jorge Julio López, en plena
democracia, luego que la declaración judicial del albañil en 2006 como
testigo fuera determinante en una causa en contra del expolicía, y por
la cual fue condenado a reclusión perpetua. Años después, el 24 de
octubre de 2014, el represor y otros 14 exmilitares fueron condenados
por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino La
Cacha. El papel con el nombre de Julio López en las manos de
Etchecolatz. (Foto Leo Vaca)
Mientras se leía la sentencia,
Etchecolatz tenía en sus manos un papel donde se leía el nombre de Jorge
Julio López, una imagen que resultó escalofriante a más de una década
de retornada la democracia y en el marco del avance de los juicios de
lesa humanidad.
Mientras se lea la sentencia Etchecolatz tena en sus manos un papel donde se lea el nombre de Jorge Julio Lpez Foto Leo Vaca
Mientras
se leía la sentencia, Etchecolatz tenía en sus manos un papel donde se
leía el nombre de Jorge Julio López. (Foto Leo Vaca)
Además fue
condenado por el secuestro y asesinato de los estudiantes que fueron
víctimas en la denominada 'Noche de los Lápices", y por la apropiación
de menores.
En su haber judicial contó además con el beneficio de la
Ley de Obediencia Debida pero tras la anulación de las leyes de
impunidad, volvió a ser juzgado. Etchecolatz fue director de
Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires entre
marzo de 1976 y fines de 1977, cargo desde el cual coordinó los grupos
de tareas así como los 21 centros clandestinos de detención que
integraban el Circuito Camps, donde luego se comprobó que existió la
mayor cantidad de detenidos desaparecidos del país.
Llegó a escribir
un libro donde cuestionó el trabajo de la Conadep, bajo el título "La
otra campana del Nunca Más", y siempre que pudo se ufanó de haber
participado de la "guerra contra la subversión".
Hasta el 2006 contó
con el beneficio de la prisión domiciliaria lo que en ese año le fue
revocado por poseer armas de fuego.No obstante en el 2017 volvió a
contar con ese beneficio -que se hizo efectivo solo dos meses- hasta que
en el 2018 fue revocado nuevamente.
Ese mismo año sufrió un escrache
en su casa del bosque Peralta Ramos, en Mar del Plata, cuando la
asociación de vecinos del bosque, se movilizó y se apostó en su casa, en
una recordada protesta de la que participó la referente de Madres de
Plaza de Mayo, Línea Fundadora, Taty Almeida. Casado, con una esposa que
brindó diversas entrevistas en apoyo de su marido, el expolicía tuvo
una hija, Mariana D. quién se cambió el apellido y marchó en 2018 junto a
500.000 personas contra el 2x1, pidiendo que su padre cumpla la condena
en una cárcel común. "Es un ser infame, no un loco", declaró la joven.