Abe, quien fue el líder con más años de servicio en Japón cuando renunció en 2020, se desplomó mientras sangraba, antes de ser trasladado en avión a un hospital cercano en Nara, pese a que ya no respiraba y su corazón se había detenido. Más tarde fue declarado muerto después de recibir transfusiones de sangre masivas, informaron las autoridades. "Estaba sangrando profusamente y no pudimos salvarle la vida", dijo Hidetada Fukushima, director de urgencias en el hospital, que explicó en una rueda de prensa televisada que el ex primer ministro "había recibido graves heridas en el cuello y el corazón". La policía de Nara arrestó a Tetsuya Yamagami, un hombre de 41 años, exintegrante de la marina de Japón y autor confeso del crimen, y aseguró que el agresor usó un arma casera, de unos 40 centímetros de largo.