Pero ante mensajes sospechosos encontrados durante el análisis hecho por
la Policía de Seguridad Aeroportuaria, la magistrada dispuso que quede
detenido, fue notificado en el tercer piso de Comodoro Py 2002 y de allí
trasladado a una cárcel de la PSA en Ezeiza. Carrizo será indagado
ahora por Capuchetti y el fiscal del caso Carlos Rivolo, luego que ayer
su defensa particular -a cargo del abogado Gastón Marano- se presentó en
el juzgado para interiorizarse sobre las acusaciones en su contra.
Fuentes
de la investigación explicaron a Télam que la decisión de detenerlo se
tomó porque en su teléfono celular se habrían detectado mensajes con
otra persona donde habría mostrado disgusto ante el fracaso del atentado
a la Vicepresidenta. A raíz de esos mensajes posteriores al hecho, los
investigadores creen que Carrizo «podría haber estado al tanto» de lo
que planeaban Sabag Montiel y Uliarte.
El vínculo entre Carrizo y
Sabag Montiel. Carrizo dio entrevistas a medios de comunicación luego
del 1 de septiembre, día del atentado, y también se presentó en el
juzgado de Capuchetti para declarar como testigo y negar haber estado al
tanto de los plantes de Uliarte y Sabag Montiel, quienes vendían copos
de algodón en la calle junto con él. Carrizo era el dueño de la garrafa
con la que se elaboraba el producto y el supuesto jefe de los
vendedores, que pasaron a conocerse como la «banda de los copitos».
Se
trata del cuarto detenido en la causa y la jueza debe definir aún la
situación procesal de Agustina Díaz, quien ya fue indagada a raíz de los
mensajes que intercambió con su amiga de la escuela y detenida Uliarte.
Este jueves, la magistrada rechazó un planteo de excarcelación de Díaz
presentado por su defensa particular. Por la tarde, la jueza había
procesado con prisión preventiva como supuestos coautores del fallido
intento de asesinato de la Vicepresidenta a Sabag Montiel y a Uliarte.
Ambos permanecerán detenidos y sus defensas oficiales deberán definir si
apelan o no esta decisión ante la Cámara Federal porteña
Sabag
Montiel, quien dijo ser remisero y «vendedor de algodones de azúcar»,
permanece detenido en la Unidad de Detención de la Policía de Seguridad
Aeroportuaria. Uliarte, por su parte, declaró en la justicia que su
ocupación es ser «vendedora ambulante los fines de semana» y que estaba
terminando el último año de la escuela secundaria y había empezado a
cursar el programa UBA XXI para ingresar a la carrera de Medicina, según
se consignó en el procesamiento.