El Frente de Todos no cuenta con los votos para convertirla en ley
La reforma de la Corte Suprema con un panorama complicado en Diputados. Tras la ajustada aprobación en el Senado, oficialismo y oposición sostienen que será muy difícil sancionar el proyecto en la Cámara baja. La tesitura de JxC y los aliados que no acompañan. Por María Cafferata "Los votos acá no están": la frase, repetida tanto en el oficialismo como la oposición, fue la respuesta automática que se escuchó en la Cámara de Diputados luego de que el Senado le hubiera dado media sanción al proyecto de ampliación de la Corte Suprema de Justicia.
Aprobada con lo justo - y con un voto propio en contra - en la Cámara
alta, el bloque del Frente de Todos tendrá por delante el desafío de
retomar el debate en un recinto que ha bloqueado sistemáticamente todo
intento de reforma a la Justicia. Y deberá hacerlo, además, con un
Juntos por el Cambio firmemente abroquelado en defensa de la Corte
actual y una oposición "del medio" que ya dio señales de estar cerrando
filas en torno al rechazo. El panorama es poco alentador y el FdT
fluctúa entre el enojo, la resignación y la convicción de que igual hay
que dar el debate. El jueves a la noche el FdT logró, tras varios
intentos fallidos, aprobar la ampliación de la Corte Suprema. No fue
fácil ni prolijo: hubo que realizar modificaciones al proyecto original
de los gobernadores - pasando de 25 a 15 el número de supremos - y,
hasta último momento, persistió la duda de qué postura adoptaría una
senadora oficialista que terminó votando en contra del proyecto.
Finalmente, con 36 votos a favor y 33 en contra, la reforma fue aprobada
y giró a la Cámara de Diputados, en donde el oficialismo ya sospechaba
que podría terminar sufriendo el mismo desenlace que todas las reformas
judiciales que el Senado había aprobado previamente. Así había pasado ya
con la reforma del Consejo de la Magistratura (media sanción en abril
de 2022) y la del Ministerio Público Fiscal (media sanción en noviembre
de 2020): aprobadas en el Senado para ir a morir en Diputados. En el
caso de la ampliación de la Corte, sin embargo, los números en el Senado
habían sido más justos, volviendo el panorama en la Cámara baja mucho
más desalentador.
Con 118 votos propios, el FdT necesita siempre de
11 diputades más para conseguir quórum. Proyecto a proyecto, el bloque
oficialista que conduce Germán Martínez ha ido logrando conseguirlo
gracias a acuerdos con algunos de los interbloques del medio - como
Provincias Unidos (aliado habitual) y, a veces, el Interbloque Federal o
la izquierda - o, en el caso de algunas iniciativas de consenso, con el
acompañamiento de Juntos por el Cambio. En el caso de las iniciativas
judiciales, hacerse con esos 11 diputades ha sido prácticamente
imposible. En el caso del proyecto de ampliación de la Corte se suma,
además, que el FdT deberá arrancar con dos votos propios menos, ya que
los diputados puntanos que responden al gobernador Alberto Rodríguez Saá
no acompañarían el proyecto. El voto negativo de María Eugenia
Catalfamo - la única senadora oficialista que votó en contra de la
reforma de la Corte - dio cuenta de cómo el gobernador de San Luis
prefería enfrentarse a Cristina Fernández de Kirchner - impulsora de la
iniciativa - antes que acompañar un proyecto que había sido fruto del
acuerdo con su hermano, el senador Adolfo Rodríguez Saá (que fue uno de
los que negoció las modificaciones en el proyecto a cambio de su
acompañamiento). Si bien los dos misioneros y los dos rionegrinos que
integran Provincias Unidas acompañarían el proyecto, les ocho diputades
del interbloque Federal ya anticiparon que no lo harán. "Pierden tiempo
porque a la reforma de la Corte no la vamos a tratar en Diputados. Si el
oficialismo se enfrasca en esta fantasía inconducente, le quita tiempo y
rigurosidad al tratamiento del Presupuesto", aseguró a este medio el
"Topo" Rodríguez, presidente del interbloque. La misma postura habían
adoptado ya el día anterior, incluso antes de que el Senado terminara de
aprobar el proyecto, los cordobeses que responden a Juan Schiaretti y
les socialistas santafecinos. La izquierda y los libertarios, mientras
tanto, también se oponen al proyecto, por lo que prácticamente ya no hay
lugares a donde el FdT pueda ir a pescar votos.
JxC, a su vez, ya
comenzó con una campaña de advertencias hacia cualquier sector de la
oposición que atisbe acompañar el proyecto del oficialismo: "Ninguna
reforma institucional propuesta por el kirchnerismo puede pasar
Diputados. Esperamos que toda la oposición que no pertenece a JxC
también se comprometa", advirtió Juan Manuel López (CC) a través de sus
redes sociales, en sintonía con lo que fueron declarando los otros
presidentes de bloque de JxC desde que el proyecto tuvo media sanción.
"No
fue una buena jugada", suspiran algunas voces de la bancada
oficialista, que mastican bronca frente a la decisión del Senado de
avanzar a las apuradas con el tema. Otros diputados, sin embargo,
insisten en que es importante "dar el debate". "No está mal que el
Senado lo haya impulsado, no deberíamos tener que paralizar nuestras
iniciativas en base a si tenemos o no el número. En todo caso hay que
llevarlo al recinto, que nos digan que no y que ellos se hagan cargo del
rechazo", analizó un diputado del FdT que integra las dos comisiones
que deberán tratar el proyecto una vez que inicie el trámite
parlamentario: Asuntos Constitucionales y Justicia. Otros, incluso,
ensayan un moderado optimismo: "Si el proyecto de reforma del Consejo de
la Magistratura o del Ministerio Público Fiscal tenían 5 por ciento de
chances de avanzar, lo de la Corte tiene un 15 por ciento. Soy un
optimista dentro de un pesimismo general", precisó un diputado
kirchnerista