Moyano haría explícitas sus diferencias al presentar por escrito en las
próximas horas una carta de renuncia al Consejo Directivo de la CGT.
Allí, expresaría sus diferencias con Daer y Acuña, pero también con el
ministro de Trabajo, Claudio Moroni, con quien nunca tuvo buen vínculo.
Alberto Fernández cenó anoche con la “mesa chica” de la CGT en la quinta
de Olivos, en un encuentro planificado por el propio mandatario para
recobrar protagonismo y sondear entre la dirigencia sindical la
oportunidad para lanzar un posible bono salarial de fin de año dirigido a
trabajadores del sector privado. Allí se habló de la implementación de
un auxilio salarial para trabajadores en medio de la espiral
inflacionaria. De esa comida, participó Claudio Moroni, y los
“independientes” Gerardo Martínez (Uocra), José Luis Lingeri (Obras
Sanitarias) y Andrés Rodríguez, adjunto de CGT y secretario general de
los estatales de UPCN.
Télam Los cruces en la cúpula de la CGT
comenzaron a profundizarse cuando desde el moyanismo y el ala gremial
kirchnerista fogoneaban una marcha en apoyo a Cristina Fernández de
Kirchner, luego del alegato del fiscal Diego Luciani en la Causa
Vialidad. Esa intención chocó de frente con la negativa del sector de
"Los Gordos" de Daer, que prefería evitar la injerencia en las
cuestiones judiciales de la vicepresidenta. Días después, con el
atentado contra Cristina en la puerta de su casa de Recoleta, los
sindicalistas más afines a la expresidenta redoblaron la apuesta y
volvieron a reclamar por una marcha masiva en favor de la paz y la
democracia, con toda la CGT movilizada, pero la negativa del resto de la
cúpula cegetista se volvió a imponer. Para Moyano las cartas ya estaban
jugadas.