El 21 de julio pasado, Claudio Herz llegó hasta la puerta del Instituto
Patria con un megáfono y un par de carteles. “Ahora te toca la horca”,
vociferaba desde Rodríguez Peña. El mensaje estaba dirigido a la
vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner –que poco más de un mes
después sufrió un intento de homicidio en la puerta de su casa–. Después
de que Herz se negara a declarar la semana pasada, el juez federal
Daniel Rafecas dispuso este martes su procesamiento por los delitos de
amenazas e incitación a la violencia colectiva junto con un embargo por
400.00 pesos. Herz no transitará el proceso en prisión preventiva.
Herz
llegó esa tarde con un camisolín blanco y un megáfono, lo que lo volvió
la persona más visible de un grupúsculo que se congregó para llevar
adelante una manifestación violenta en la que el signo distintivo fueron
las amenazas. “Les queda poco tiempo: los vamos a matar a todos”,
gritaba Herz. “Los vamos a buscar con ametralladoras para liquidarlos en
el momento y ahorcarlos'', agregaba. “Ahora te toca la horca, el único
camino para deshacernos de vos, de todos tus cómplices, de tu hijo y de
toda la basura que nos gobierna. Eso es lo que vamos a hacer: te vamos a
sacar a patadas en el culo”.
La denuncia contra Hertz
A los
cuatros días del escrache –y después de que trascendieran las imágenes–,
la fiscal Mónica Cuñarro presentó una denuncia ante la justicia
ordinaria para que se investigara el hecho. Advertía que uno de los
efectivos de la Policía de la Ciudad –que, en teoría, debía impedir la
violencia contra el instituto fundado por CFK– se saludaba amistosamente
con uno de los manifestantes que estaba en Rodríguez Peña siendo parte
del grupo que gritaba y arrojaba basura contra la fachada del edificio.
La
investigación estuvo inicialmente en manos del juez Manuel de Campos y
del fiscal Leonel Gómez Barbella, que pidió el allanamiento y la
detención de Herz. La Policía Federal (PFA) detectó que Herz vivía en
una habitación de un hotel en la calle Moreno al 3000. Cuando lo allanó
encontró varias cartulinas con proclamas antivacunas.
El apoderado
del Instituto Patria, Fernando Castiglioni, presentó la denuncia ante
los tribunales federales. Finalmente De Campos terminó enviándole la
causa a Rafecas, que la semana pasada indagó a Herz y ahora dispuso su
procesamiento. El juez federal también volvió a allanar la vivienda de
Herz y le ordenó al Departamento de Tecnología Forense de la PFA que
perite el teléfono y el pendrive. Esos estudios aún no están concluidos.
Podrían ser importantes porque podrían arrojar luz sobre cómo se
organizó la protesta.